Termitas construyen la estructura más grande del planeta: mide más de 230,000 kilómetros cuadrados. Se piensa que hace unos cuatro mil años, un grupo de termitas comenzó a levantar lo que hoy es considerado como “la estructura más grande del planeta“.
Se trata de un área de 230 mil kilómetros cuadrados coronados por 200 millones de montículos de tierra repartidos de forma regular y que sirven como testamento de las proezas de ingeniería que estas termitas guardan bajo tierra.
El arquitecto responsable de esta gran obra es una diminuta termita de la variedad Syntermes dirus.
Debajo de estos montículos se extienden miles de kilómetros de túneles por los que los diminutos insectos han paseado por al menos cuatro mil años, en una región del noreste de Brasil.
ZONA DEFORESTADA
El área también luce completamente deforestada, pero la rodea un espeso bosque que hizo casi imposible encontrarla a pie, por lo que solo con drones o aviones se pudo descubrir la totalidad de esta ciudad de termitas.
Además de ser la estructura más grande hecha por un ser vivo, puede ser también una de las más antiguas, ya que la datación de una muestra de la tierra de los montículos, remonta el origen de la parte más antigua de la estructura al año 1800 antes de Cristo.
Se cree que para levantar solo uno de los 200 millones de montículos que hay presentes en esta zona, se tuvieron que excavar 10 kilómetros cúbicos de tierra, o el equivalente a 4,000 pirámides de Guiza.
Lo que sorprende a los especialistas en insectos sociales, no es tanto que hayan excavado tal cantidad de tierra, sino la manera tan regular en la que construyeron y colocaron cada montículo.
En promedio, cada uno fue colocado a 20 metros del otro y mide, de la base a la punta, unos dos metros y medio de altura.
RASTROS DE FEROMONAS
Las termitas fueron capaces de lograr tal proeza al dejar rastros de feromonas que, juntos, fueron creando un mapa que ayudó a otras termitas a encontrar la mejor ruta hacia el montículo más cercano, aseguran los expertos.
Este proceso, repetido incontables veces a lo largo de miles de años, hizo que las termitas siempre alimentaran un montículo hasta que este alcanzó aproximadamente la altura del resto.
Sorprende saber que los humanos no son los más grandes arquitectos del mundo, sino las termitas.