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En lugar de crear una fuerza militar propia e independiente de Estados Unidos, cuyo embrión fue presentado por iniciativa del Presidente de Francia, Emmanuel Macron y de la Canciller de Alemania, Angela Merkel, y que no contribuirá en nada a solucionar los problemas de seguridad del continente, Europa debería promover la construcción de un mundo fundado en la cooperación, en lugar de las rivalidades.
La advertencia fue hecha por el ex vicepresidente de la Organización para la Seguridad y la Cooperación de Europa (OSCE), el alemán Willy Wimmer, quien ocupó ese cargo entre 1994 y 2000. En entrevista con la red RT afirmó que un ejército europeo podría incluso exacerbar “el camino de guerra mundial” creado por Estados Unidos al final de la Guerra fría.
La estructura militar propuesta por París y Berlín, para él, no responde a los intereses reales de seguridad Europea: “(un ejército de la Unión Europea) no es necesario, porque no refleja la verdadera situación de seguridad de Europa. Los problemas que tenemos en Europa están vinculados a la gran estrategia de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) para mantener sus tropas en la frontera occidental de Rusia. Esto no estaba en nuestras mentes cuando terminamos con la Guerra fría” (RT, 23/11/2018).
Wimmer es un veterano político de la Unión Demócrata Cristiana (CDU), actualmente en el gobierno, habiendo sido integrante del Parlamento de 1976 a 2009 y el primer portavoz del partido para asuntos de defensa entre 1985 y 1992.
La OTAN, DICE Wimmer, fue “creada como una alianza de defensa,” pero se convirtió en una fuerza de agresión “a escala mundial.” Por ello, afirma, “tener un ejército europeo que sustituya a la OTAN tampoco responde a nuestros intereses.”
Aunque no defienda una ruptura completa con Estados Unidos, Wimmer afirma que Europa debe negarse a transformarse en vasallo de Washington, cuya política “llevada a cabo durante la última década fue exactamente para colonizar Europa.”
Por lo tanto, en lugar de imitar el modelo de la OTAN, insta a los europeos a defender un mundo multipolar fundado en la cooperación, y no en el poderío militar. “Desde la primavera de 1999, cuando comenzó la guerra contra Yugoslavia, hemos estado en el camino de la guerra, en términos internacionales, y ha sido un desastre para todos nosotros. El mundo no necesita una súper potencia única, sino estar listo para un mundo multipolar. Pero el mundo multipolar debe ser un mundo de cooperación, no de rivalidad.”
Wimmer es uno de los pocos políticos europeos que enfrenta sin recelo el dilema existencial del continente, aprisionado por el predominio “unipolar” liderado por Estados Unidos.
Tal designio es incapaz de hacer frente a la realidad europea de que sus intereses de largo plazo apuntan a la integración con Rusia, ya sea en términos de seguridad continental para encara problemas comunes, como el terrorismo, o para ser un pivote crucial de la integración euroasiática, proceso catalizador del advenimiento del orden mundial multipolar.