Las resonancias magnéticas de los cerebros de personas con trastornode la personalidad antisocial, los llamados psicópatas o sociópatas,muestran diferencias con los cerebros de la población en general. Diferenciasque indican que existe una maduración acelerada en algunas zonas quepodría ser fruto de un sufrimiento emocional intenso durantela infancia.
Suena a psiquiatría freudiana de principios del siglo XX, “pero ahora hablamos de evidencia científica”, apunta el psiquiatra del Parc Taulí Narcís Cardoner, uno de los autores del estudio publicado en Psychological Medicine en el que se recoge este hallazgo sobre las diferencias cerebrales de personas psicópatas.
Se trata de una revisión de unos 400 artículos científicos de todo el mundo en el que se había utilizado la resonancia magnética para comparar los cerebros de alrededor de 2.000 personas con psicopatía y que estaban en la cárcel.
“Nos atrevemos a proponer que entre otros muchos factores hay uno, la hipermaduración cerebral, que podría tener su origen en un sufrimiento emocional intenso en la infancia. Esa maduración acelerada que se ve en las resonancias como un exceso de mielinización, demasiada sustancia blanca a la vez que se ve adelgazada la sustancia gris, es una anormalidad que permite no padecer al niño expuesto a ese sufrimiento emocional, le hace más inmune al sufrimiento. Pero el efecto secundario es que le vuelve un adulto sin escrúpulos ni remordimiento y le pone en riesgo delinquir”, resume el neurólogo Jesús Pujol, investigador y director de la unidad de resonancia magnética del hospital del Mar y coordinador del estudio.
“La parte emocional de nuestro cerebro suele madurar más tarde, durante la adolescencia. Al acelerar la maduración, se salta esta parte y hay estructuras del cerebro que no tienen un desarrollo óptimo”, explica Cardoner.
El hallazgo o la propuesta que se atreven a hacer con los datos analizados no cambia la capacidad que se le supone al psicópata. “Distingue perfectamente lo que está bien o mal, lo que es legal o ilegal. No es una patología sino una variante, una forma de actuar distinta de la normal, sin tener en cuenta al otro y siempre en beneficio propio”, aclaran ambos expertos.
Este mayor conocimiento de qué diferencias hay entre un grupo de personas psicópatas y la población general “nos permite pensar en un futuro en el que podamos identificar mejor a estas personas y sobre todo prevenir. El maltrato infantil está presente en muchos de los problemas de salud mental, es algo que ya observaba Freud y hoy contamos con evidencia. Esa prevención sería probablemente la de mayor impacto en la salud, no sólo en la mental, de las personas”, opina Cardoner.
En las resonancias magnéticas se observan diferencias anatómicas –esasustancia blanca excesiva– y también funcionales. “Se produce un bloqueo dobleque supone una falta de conexión entre pensamiento y emoción en dosdirecciones”, explica Pujol. “Esa alteración afecta a l estímulo hacia elpensamiento y del pensamiento a la emoción”. Traducido al comportamiento,quienes no tienen esa alteración, cuando ven el sufrimiento en otros se loimaginan en sí mismos, “nos podemos en su lugar de forma automática; ellos,no”.
Fuente: Vanguardia