Estados Unidos iniciará en enero próximo la construcción de un tramo de 256 kilómetros de muro nuevo en la frontera entre Texas y México, después que el presidente Donald Trump asignó contratos a varias compañías para llevar a cabo estos trabajos.
El propio Trump hizo el anuncio esta mañana desde la Casa Blanca, insistiendo además que el cierre de gobierno continuará hasta que los demócratas no le autoricen el dinero que ha solicitado para financiar la construcción de la controversial obra.
“No puedo decir cuándo estará abierto el gobierno. Puedo decirte que no estará abierto hasta que no tengamos un muro, una barrera, como lo quieran llamar”, dijo el mandatario, quien reveló que espera concluir la construcción de 880 kilómetros de frontera en el último año de su gobierno.
¿FRONTERA FUERA DE CONTROL?
Pareciendo contradecir sus reiteradas afirmaciones de que el fortalecimiento de la vigilancia fronteriza que ordenó está dando resultados, Trump expuso nuevamente a una frontera fuera de control para argumentar la necesidad de levantar un muro.
Insistió que además del cruce de drogas, su gobierno enfrenta problemas como tráfico de personas y la migración irregular, al insistir en acusar a estos inmigrantes de ser un peligro para la seguridad del país.
El mandatario dio a conocer que en enero próximo viajará a Texas para inaugurar los trabajos de la nueva sección del muro, que anticipó, podría ser la más larga de todas las existentes.
PELEAR POR FONDOS
Dijo sentirse muy entusiasmado con esta nueva sección, y en tono desafiante aseguró que “mientras peleamos por fondos, estamos construyendo”.
Trump indicó que aunque el Congreso aprobó ya 25 mil millones de dólares para la seguridad fronteriza, y algunos fondos para el muro, ”queremos que el dinero para el muro sea incrementado, porque lo quiero terminar”.