Mouris Salloum George*
En toda administración por resultados, lo primero que se exige al personal ejecutivo del sector privado, es productividad. Esta es la piedra de toque de la competitividad.
Desde hace tres décadas, cuando se implantó en México la nueva cultura laboral, los salarios de obreros y empleados quedaron sujetos a la productividad. Ahí siguen anclados los salarios, aunque los rendimientos laborales se incrementen.
Los campesinos mexicanos, sobre todo en las tierras de temporal, subsisten con siembras y cosechas de autoconsumo. En temporadas de estiaje, que son todo el año, se contratan como jornaleros en las haciendas neoporfirianas dedicadas a la agricultura de exportación.
Millones de indígenas viven, según lo que Dios provea.
En el gobierno, muchos cobran por horas-nalga
En la subcultura burocrática de México, los altos y medios mandos de la administración pública cobran -de acuerdo la típica expresión en el llano- por horas-nalga.
No existe director de recursos humanos que pueda cambiar esa poltrona mentalidad vegetativa. La productividad es el principal déficit que agobia las finanzas públicas.
Hubo en cierto periodo no lejano, un ministro de las derechas actuando en la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Obvio: Esa reputación se la ganó el tapatío, para más señas, porque no hubo ponencia en la que se atentara contra el interés superior -el de la sociedad- a la que no asistirá su voto, por la afirmativa.
Recientemente, el pleno de la Corte Suprema votó por la disminución de los ingresos del Poder Judicial de la Federación. (Por cierto, en esa línea, el rector de la UNAM rembolsó a la Tesorería un diferencial a la baja de sus percepciones económicas y sociales.)
En la Corte han desembocado inconformidades a granel contra la nueva Ley de Remuneraciones de los Servidores Públicas. Las plantean, principalmente, los altos ejecutivos de los órganos autónomos del Estado, si bien jueces y magistrados se han sumado a la resistencia.
Todos quieren ganar más que el Presidente de la República.
La Constitución defiende tus derechos; nosotros la Constitución
El ministro favorito de los rejegos es Alberto Pérez. El togado ha declarado en suspensión la ley impugnada. La Constitución defiende tus derechos, nosotros defendemos la Constitución, dice un spot repetido en los medios electrónicos. Aplica ahora en favor de la aristocracia de la burocracia, aunque sea eventualmente.
La consejería jurídica de la Presidencia de la República ha impugnado la impugnación. Estamos por ver de qué está hecho el resto de los ministros que preside don Arturo Zaldívar.
No es un asunto de poca monta que tiene de por medio las abultadas cuentas bancarias de los privilegiados. La justicia es de todos y para todos, o no es Justicia.
*Director General del Club de Periodistas de México, A.C.