¿Te gustan los sabores amargos desde que te volviste adulto?
Una investigación publicada en Physiology & Behavior dio a conocer que es normal que cuando somos pequeños nos agraden los sabores dulces y desagraden los amargos. Pero conforme crecemos nuestro sentido del gusto va cambiando.
La habilidad de detectar lo dulce no solo sirve para elegir la comida de mejor calidad, sino que también funciona como analgésico para los niños. Ingerir alimentos dulces hace que los menores de hasta 11 años tengan mayor tolerancia al dolor.
Sin embargo, va disminuyendo con el tiempo.
¿Qué opinas de este estudio?