Su nombre es Windsor, William Windsor.
Tratándose de una de las figuras públicas más reconocidas a nivel mundial, el príncipe William de Inglaterra no sería un 007 tan efectivo como el legendario espía ficticio James Bond.
Pero eso no pudo impedir que el heredero del trono británico pasara las últimas tres semanas laborando con los servicios de espionaje, incluyendo el MI6, la agencia de inteligencia exterior de Bond.
El duque de Cambridge acabó el sábado su misión “top secret”, que incluyó además una semana con el servicio de inteligencia nacional MI5 y la agencia de ciberseguridad GCHQ, según el Palacio de Kensington.
Dijo en un comunicado William, segundo en la línea de sucesión a la Corona: “Pasar tiempo con nuestras agencias de seguridad e inteligencia, entender mejor la contribución vital que realizan a nuestra seguridad nacional, fue una experiencia verdaderamente aleccionadora”.
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