Durante el Viernes Santo, el Papa Francisco se encargó de presidir la celebración de la Pasión del Señor Jesucristo, y lo hizo desde la Basílica de San Pedro en el Vaticano.
El Santo Padre, que vistió de color púrpura para recordar la sangre que Cristo derramó en la Cruz, se hincó en el piso al frente del altar para hacer oración por varios minutos.
LEÍDO EN LATÍN
Después de los minutos en los que reinó el silencio, en compañía de los fieles que estuvieron presentes y arrodillados, el sumo Pontífice se levantó para dar inicio a la liturgia de la Palabra en la que el Evangelio que relata la Pasión de Cristo fue leído completamente en latín.
Otro de los momentos de gran emotividad espiritual fue la adoración de la Cruz aclamada tres veces con las palabras “Mirad el árbol de la Cruz, donde estuvo clavada la salvación del mundo. ¡Venid a adorarlo!”.
Al igual que en otros años, el predicador de la Casa Pontificia, P. Rainiero Cantalamessa, pronunció la homilía. Esta vez su prédica llevó por título “Despreciado y rechazado por los hombres”.