Un enfermero heredó una mansión valuada en 63 millones de dólares luego de descubrir, gracias a una prueba de ADN, que es hijo del dueño.
Jordan Adlard Rogers se mudó a una mansión en el condado de Cornwall, en Inglaterra. La edificación constituye una herencia de su padre, el aristócrata Charles Rogers, quien murió de una sobredosis de drogas en el interior de su automóvil.
Charles Rogers vivió en la indigencia y con graves problemas de adicción por voluntad propia.
Por su parte, el enfermero de 31 años desconocía hasta hace poco que el millonario era su padre, sin embargo desde los 8 años tenía sus sospechas. Fue hasta que se hizo una prueba de ADN que confirmó su corazonada.
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