La búsqueda de los restos de 63 mineros atrapados en la mina de Pasta de Conchos, en Coahuila, podría tardar años. Adelantan defensores de derechos humanos, involucrados en las reuniones con el Gobierno federal, que el rescate anunciado por Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, será una obra compleja y completamente distinta a lo que se hizo en 2006, aseguran que los trabajos serán muy costosos.
El 19 de febrero de 2006 una explosión sacudió la mina de carbón Pasta de Conchos en Nueva Rosita, Coahuila.
A 150 metros bajo tierra quedaron sepultados 63 trabajadores. Se cree que estaban hasta el fondo de la mina, a más de kilómetro y medio del tiro o entrada principal.
Grupo México suspendió la búsqueda en abril de 2007 con el argumento de que los rescatistas estaban en riesgo por la acumulación de agua contaminada y de gas metano.
Autoridades opinaron que a causa de la magnitud de la explosión era probable que sólo se encontraran cenizas.
Pero las familias afirman que la empresa decidió no gastar más y evitar que quedaran expuestas las deficiencias de seguridad.