En junio de 2016, Noruega se volvió la primera nación del mundo en prohibir la deforestación. Para ello, los noruegos se comprometieron a que todos los productos en sus mercados provendrían de productos con cadenas de producción “limpias”. Una primera medida fue frenar las donaciones, contratos e inversiones nacionales con compañías que tuvieran lazos con la deforestación.
Ahora, la nación da un nuevo paso adelante en la lucha contra la deforestación, al aprobar la prohibición de que la industria de biocombustibles, no compre aceite de palma y otros productos asociados a la deforestación, a partir del primero de enero del año 2020.
“La decisión del Parlamento Noruego sienta un importante precedente a otros países y subraya la necesidad de hacer una seria reforma a la industria mundial de la palma de aceite”, señaló tras la decisión Nils Hermann Ranum, del grupo conservacionista Rainforest Foundation Norway.
“Esta es una victoria para los bosques y para el clima”, agregó.
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