Rebelión en la granja republicana

 

Mouris Salloum George*

En su oportunidad, Adolfo Hitler satanizó a los miembros del Poder Legislativo alemán como sabandijas parlamentarias. Su clon en la Casa Blanca, Donald Trump,empieza por ver a los congresistas estadounidenses como tontos.

 

Sería una tontería, dijo Trump en Londres , al referirse a la eventualidad de que, en El Capitolio, se frene la amenaza de castigar con aranceles crecientes, de junio a octubre, a todos los productos importados por los Estados Unidos desde México.

 

Al chalado anaranjado le está saliendo respondona la criada: El senador republicano por Texas, John Cornyn aplicó la siguiente metáfora a la amenaza de Trump contra México: Estaríamos poniendo una pistola en nuestra propia cabeza.

 

No es, la del senador tejano, una voz aislada. El mismo líder de la bancada republicana en la Cámara alta, Mitch Connell salió al paso al riesgo jugado por el insolente Presidente, afirmando que “no hay mucho apoyo” en su bancada.

 

La lectura en los corrillos republicanos de El Capitolio, es que los aranceles a las importaciones desde México operarían como un bumerán que golpearía a las empresas estadounidenses y, sobre todo, a los consumidores.

 

De porfiar Trump en su amago, los resultados serían políticamente desastrosos. Obviamente, lo que temen los congresistas es al impacto de la política fiscal en los estados y distritos a cuyos votantes representan, y el costo que pagarían en las próximas elecciones.

 

De no haber variantes, los aranceles empezarían a ejecutarse dentro de cinco días. Trump dice que los gravámenes, van; y, si hubiera una reconsideración, se haría sobre la marcha de las negociaciones bilaterales, que ha dejado en segundas manos, y no antes.

 

Costo económico para México; costo electoral para Trump

En tanto, las caravanas de migrantes centroamericanos siguen arribando a México con la vista puesta en la frontera con los Estados Unidos. Es ese incesante flujo humano el que enloquece al inquilino de la Casa Blanca.

 

Vistas las cosas con realismo, la maniobra electorera de Trump rumbo a 2020 tiene un sentido práctico: Desde su campaña 2016, al anunciar el muro,advirtió que México pagaría su costo de una manera.

 

Lo haría México, compulsivamente, con los aranceles. En lo que no repara el republicano, es que el método se revertirá contra los consumidores estadunidenses. Y aquí el costo lo pagará él mismo, medido en votos para su pretendida reelección.

 

No es un laberinto del que se pueda escapar con baladronadas. Esperemos mientras otro acto del reality show del energúmeno. Vale.

*Director General del Club de Periodistas de México, A.C.

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