Estefania Ruiz
“Tu olor de tierra en celo se me acerca y me navega el cuerpo como un barco”, escribió el escritor costarricense Jorge Debravo. Una forma poética para intentar un primer acercamiento a encontrar una respuesta a la pregunta de todos los tiempos, ¿A qué huele el sexo?
En una definición simple el olor a sexo es la mezcla del sudor, del roce de la piel y de los fluidos que emanan de las partes íntimas de la pareja, cuya culminación es el semen.
Es un hecho que los varones presentan una respuesta sexual más corta que nosotras, las féminas, porque todo el placer les entra por la vista, en un primer momento. A diferencia de las chicas, que nos apoyamos en el sentido del tacto.
“Ellas son táctiles, los varones visuales y el olfato es el sentido que nos conecta con el mundo. Es decir, es con el que percibimos todo y gracias a éste, también somos percibidos”, dice a diarionoticiasweb.com el psicólogo Dany Vallejo Ochoa.
Un punto importante, destaca, es que “los olores son parte esencial del mundo de las fantasías sexuales y del placer mismo, ya que asociamos los olores a experiencias y momentos gratificantes de la vida”.
IMÁN DE SEDUCCIÓN
Si bien -anota el experto-, “los perfumes son un poderoso imán de seducción, nada se compara con los olores naturales del cuerpo humano, que son poderosa fuente de excitación”.
Entra entonces el poder de las feromonas, ¿has escuchado hablar de ellas? Estas son sustancias químicas secretadas por todos los seres vivos, para provocar respuestas y comportamientos determinados en otros individuos de la misma especie.
El tema está documentado científicamente. Hay diversas investigaciones muy interesantes sobre el tema de las feromonas -señala Dany Vallejo-, una de ellas establece que los varones, sin ser conscientes de que una fémina está ovulando, responden con un aumento de la testosterona.
Esto es, la hormona sexual masculina segregada en el testículo, y en menor grado en el ovario y en la corteza suprarrenal, que conlleve efectos psíquicos, metabólicos y morfológicos.
EROTISMO Y PLACER SEXUAL
Hay otro estudios que aseguran que tener sexo con frecuencia, “nos conforma un olor especial y predispone hacia la actividad sexual”. No obstante, el entrevistado comenta que esta tesis pertenece más al mundo animal que al hombre quien, se supone, “se rige de manera racional”.
Empero, está claro que, a través de la historia misma de la humanidad, el olor es un estimulante del erotismo que despierta el placer sexual.
El experto destaca que la cultura Occidental busca encubrir el olor natural de nuestros cuerpos con perfumes y fragancias, cuando “resulta estimulante y placentero la transpiración corporal que emana del gasto de energía que se produce en el coito, así como la descarga de fluidos genitales”.
Un tip que da Dany Vallejo es practicar el ‘placereado’, es decir, la técnica que se apoya en la centralización sensorial.
Esto se puede hacer a través de un baño con agua caliente, sales y aceites de baño (con olores a flor de azahar, cítricos y canela) “pues permite que la pareja se conecte desde un principio y la predispone para sensibilizarse al placer. No debemos olvidar que el olfato es un sentido fundamental, además del tacto y la vista, para disfrutar de una relación sexual placentera”.
El olor del sexo, ¿placer o pecado?, preguntamos al experto. “Sin duda -responde-, a placer y el pecado realmente es intentar disfrazar los olores naturales de los cuerpos con perfumes, en vez de entenderlo como la cultura gitana, donde los aromas naturales son la fuente erotizante de la pareja”.