Aaron Graser ató a su novia después de que ella murió de una sobredosis con drogas.
Refiere que se alarmó cuando la mujer no mostró signos de vida, por lo que la ató y tuvo relaciones sexuales con ella, “con la esperanza de que ella despertara”.
Cuando esto no funcionó, el hombre de 39 años de Connecticut, llamó a su vecino, un ex paramédico.
LIGADURAS EN LAS MUÑECAS DE LA VÍCTIMA
La policía que llegó al lugar preguntó a Graser que si su arresto por asfixiar a la mujer muerta sería relevante, según reportes del Hartford Courant.
Cuando un detective le preguntó acerca de las ligaduras que hallaron en las muñecas del cadáver, él aceptó haber cometido una ofensa sexual.
La orden de arresto señalaba: “Para ver si la víctima estaba respirando, Aaron escuchó un balbuceo. Dijo que sabía que la mujer odiaba tener sexo con él, por lo que pensó que la víctima podría despertarse si tenía relaciones sexuales con ella”.
Se declaró culpable de agresión sexual en cuarto grado y le fue impuesta una pena de un año.
LA ESCENA DEL CRIMEN
Los oficiales encontraron heroína y agujas en la escena de la muerte de la mujer, y una investigación reveló que había muerto de una sobredosis con drogas.
Admitió que la había atado por los tobillos y las muñecas porque era un “fetiche” suyo, y agregó haber escuchado como si ella hiciera gorgoteos que provenían de su cuerpo.
Los expertos creen que este fue el sonido de los gases que escapan del cuerpo en descomposición.
Fuente: Mirror.co.uk