Una de las fiestas más importantes para la comunidad China alrededor del planeta terminó ayer en la Ciudad de México con el Festival de los Faroles, el cual cerró el festejo por el arribo del Año del Perro, que empezó el 16 de febrero.
El Barrio Chino de la Ciudad de México se dio a la tarea de recibir a los capitalinos con un ambiente festivo, repleto de amuletos y rituales del perro para atraer la buena fortuna.
Los asistentes pudieron disfrutar de tangyuan, bolas de arroz aglutinado con relleno dulce o de carne, en su forma tradicional y también con diseños más llamativos como pandas y gatos de variados sabores: durazno, chocolate, zarzamora y frijol dulce, entre otros.
A lo largo de los dos días que duró el festival, 10 y 11 de marzo, la tradicional Danza del León Chino se hizo presente en distintos puntos, reuniendo a la multitud alrededor de un espectáculo de color iluminado por cientos de faroles rojos. También se hizo un recorrido por día: desde el Arco Chino que está sobre avenida Juárez y Dolores hasta el Barrio Chino.
En este festival, cuyo origen se remonta a un momento entre los años 206 a. de C. Y 220 d. De C. en China, algunas familias se hallaron con acertijos pegados en los faroles o en otros sitios; quienes lograron resolver algunos pudieron intercambiarlos por premios en los restaurantes que participaron en la dinámica, además de ofrecer platillos tradicionales y típicos de Festival de los Faroles