Mouris Salloum George*
Alfredo del Mazo Vélez sí nació en Atlacomulco, Estado de México, de donde también fue oriundo el patriota don Isidro Fabela, cuyo nombre lleva aquel municipio mexiquense.
Es pertinente esa precisión, porque fue hasta segunda mitad del siglo XX cuando algunos patentaron la etiqueta Grupo Atlacomulco, para fines electoreros.
Del Mazo Vélez fue el primer gobernador priista del Estado de México (1945-1951). Su hijo Del Mazo González fue también gobernador de la entidad. En 1987 vio malograda su aspiración de ser Presidente de México. Su nieto, Del Mazo Maza es el actual gobernador de Edomex.
Al concluir su mandato estatal, Del Mazo Vélez fue reclutado por Adolfo El joven López Mateos. Lo hizo cargo de la Secretaría de Recursos Hidráulicos. Fue el periodo en que se concretaron las más portentosas, fascinantes y productivas obras de infraestructura hidráulica que, hasta la fecha, no exhiben socavones.
La ocasión para situarnos en Atizapán, Estado de México, es que hace unas horas se celebró en esa localidad el CVIII aniversario del natalicio del ex presidente López Mateos; ahí existe el mausoleo que visitan las autoridades mexiquenses de vez en cuando.
Foto: Isidro Fabela y Adolfo López Mateos
Guía para construir un México de orden, paz y armonía
El recordatorio del natalicio de López Mateos fue presidido por el gobernador Alfredo del Mazo Maza, pero éste quiso que el discurso conmemorativo lo pronunciara uno de sus secretarios. Posiblemente él andaba afónico.
El secretario de Del Mazo, después de hablar de los libros de texto gratuitos, la nacionalización de la industria eléctrica, y la fundación del Issste dijo, palabras más, palabras menos, lo siguiente:
Los “conceptos” de López Mateos tienen plena vigencia; constituyen la más valiosa guía para seguir construyendo el futuro de México en un marco de orden, de paz y armonía… (Aplausos.)
Hasta donde leemos las crónicas, el orador único en la ceremonia no hizo mención alguna de la gran gestión diplomática de López Mateos, que en esta materia fue asistido por su maestro y asesor, el citado don Isidro Fabela.
En la convulsión en el que se encuentra el mundo, intuimos que ese legado debió ser el tema central de la ceremonia luctuosa, como guía para seguir construyendo Un México en paz. ¿Por qué no fue así?
En los videos y las narraciones del evento, ni vemos la imagen ni leemos el nombre del presidente mexiquense Enrique Peña Nieto.
*Director General del Club de Periodistas de México, A.C.