MESA DE REDACCIÓN
Al más puro estilo del viejo Oeste, esta mañana, el Ejecutivo de la Nación, cual John Wayne, advirtió a los corruptos: “¡Ríndanse, los tenemos rodeados!”.
Ello, luego de afirmar durante su tradicional mañanera que el Gobierno de la Cuarta Transformación (4T), ya no permite el influyentismo y la corrupción en la operación del agua.
En contraste con gobiernos pasados -sostuvo Andrés Manuel López Obrador-, cuando se edificaba sin permisos o se permitían realizar edificaciones donde faltaba el líquido vital, ahora existen autoridades honestas, a prueba de cualquier cañonazo económico, que además son ecologistas, pues defienden el medio ambiente.
SEVERO PROBLEMA DEL AGUA
Al igual que en el sector inmobiliario, el rubro del agua no puede estar por encima del interés general, puntualizó el presidente mexicano, ya que debe existir desarrollo urbano y planeación.
Ello significa que no se pueden otorgar permisos de construcción en zonas donde no existe este líquido, en unidades habitaciones que no cuentan con los servicios básicos y que además enfrentan severos problemas de vialidad.
Subrayó que la urbanización, el desarrollo económico y el crecimiento poblacional se deben planear a partir de la premisa de que casi 70 por ciento del líquido vital está en el sur-sureste del territorio nacional.
Propuso como opciones para resolver la escasez del agua y cuidar el líquido, proyectar los proyectos a zonas como las cuencas del Usumacinta, Grijalva y el Papaloapan, sobre todo para conservar el agua para las nuevas generaciones.
“No podemos agotar los recursos naturales, tenemos que actuar con responsabilidad y proceder legalmente (de lo contrario), qué se les va a dejar a los que vienen”, subrayó el mandatario.