La justicia argentina hizo hoy historia al castigar por primera vez el delito de travesticidio con una sentencia a cadena perpetua, por el asesinato de la activista Diana Sacayán ocurrido en octubre de 2015.
La causa que es analizada por un tribunal desde el pasado 12 de marzo se refiere al asesinato de Diana Sacayán, una de las activistas de la comunidad lésbico, gay, bisexuales y transexuales (LGBT) más importantes de América Latina.
ASESINADA EN SU PROPIO DEPARTAMENTO
Sacayán fue asesinada entre el 10 y el 11 de octubre de 2015 en su departamento de un barrio del sur de Buenos Aires, y el único acusado del crimen es Gabriel David Marino, de 25 años, aunque se sospecha que hubo otro cómplice que todavía no ha sido identificado.
Nacida en la provincia de Tucumán, la dirigente abrazó su identidad travesti desde la adolescencia y recorrió un largo camino de militancia en derechos humanos y contra la discriminación por orientación sexual tanto a nivel nacional como internacional.
Su asesinato provocó una conmoción en diversos colectivos sociales de un país que ha logrado avanzar en derechos como el matrimonio igualitario y la ley de identidad de género.
INICIA EL JUICIO
Más de dos años después de su muerte comenzó el juicio en el que, por primera vez en la historia de Argentina, se investiga el delito de “travesticidio”, es decir, un crimen de odio a la identidad de género.
En las audiencias, que fueron acompañadas por movilizaciones de activistas frente a tribunales, se mostraron las fotos de la autopsia que comprobó que la dirigente murió maniatada, amordazada, a puñaladas y con múltiples lesiones.
La trascendencia internacional del juicio quedó en evidencia en la audiencia del pasado 27 de marzo, ya que fue invitada a declarar la antropóloga mexicana Amaranta Gómez Regalado, indígena muxe (Oaxaca) y una reconocida activista trans de su país.
DH DE POBLACIÓN TRANS
Gómez Regalado contó cómo conoció a Sacayán y dio una clase magistral sobre identidad de género, política, cultura y violencia, enmarcada en la situación regional.
“Vengo del Istmo de Tehuantepec, de Oaxaca, provengo de la etnia zapoteca, soy antropóloga de la Universidad Veracruzana. Llevo más de 22 años en el activismo de los derechos humanos, los derechos de la población trans, indígena y la salud sexual”, explicó ante el tribunal.
Luego precisó que “trans es una nueva categoría política “que permite visibilizar las necesidades de la población travesti, transgénero y transexual. Transitar los géneros. Jugar con la biología que no se conforma haber nacido femenino o masculino.