Los escenarios no eran los mejores y resultaron los peores para el Antiguo Palacio del Ayuntamiento luego de la jornada violenta por la marcha del 2 de octubre. Los Cinturones de Paz -como los black blocs- son un despliegue táctico en el territorio, no un cuerpo de seguridad (mucho menos una estrategia de contención de la violencia); en este caso, para distinguir a los manifestación pacífica de cualquier provocación.
El despliegue de estos cinturones -como se esperaba- no evitó que se rompieran vidrios, que se grafitearan las paredes, ni tampoco disuadió a los inconformes de confrontarse con la policía. Sin embargo, el análisis que el Gobierno capitalino está haciendo de los datos aportados por la policía apunta a un personaje de la administración de Miguel Ángel Mancera.
Mario Alberto Izazola, antiguo y conocido asesor del hoy senador del PRD cuando se encargaba de procurador general de Justicia, y quien mereció atención recientemente del periodista Federico Arreola en su columna de SDP Noticias. En ese texto incluso se recordó aquel reportaje de Jenaro Villamil titulado “Al frente de la seguridad del DF, responsable de abusos y extorsión”.
Izazola Álvarez, quien fungió como jefe del Estado Mayor de la Policía Judicial y ahora opera en Vigilancia UNAM, “tiene un negro historial de abuso de autoridad y de complicidad en el uso excesivo de la fuerza por varios de sus subalternos”, se publicó en Proceso.
“Tiene relación con grupos de comerciantes de Coyoacán, organizaciones de vagoneros y ambulantes del Metro, pillos, policías judiciales, compañías de seguridad privada, además de contar con experiencia operando áreas de inteligencia -completó Arreola Castillo- . Ahora, como coordinador de seguridad de la UNAM, tiene en su cajón el listado de porros que desde hace muchos años provocan el caos en las distintas movilizaciones que se presentan en la CDMX”.
La relación de este funcionario universitario y los grupos de choque incrementaron su actividad en Coyoacán, una de las alcaldías que se transformó en un bastión del PRD contra Morena. Los primeros indicios de esta actividad trascendieron a la prensa tras la denuncia de los propios estudiantes durante las manifestaciones universitarias de 2018: detrás de la exigencia de renuncia de Enrique Graue y Leonardo Lomelí Vanegas, siempre apareció el nombre de Izazola.
