Rosa, como el color de la casa que construyó para su madre, Consuelo Loera, en La Tuna, así es la fortaleza ubicada en las montañas de Durango donde Joaquín el Chapo Guzmán Loera se escondió durante meses luego de haberse escapado a través de un túnel de la cárcel de máxima seguridad del Altiplano, en el Estado de México.
La guarida del Chapo Guzmán estaba a siete horas del poblado más cercano, al igual que a la casa de su madre, solo se podía llegar por cuatrimotos o por vía aérea, ya que la cabaña estaba aislada en la comunidad de Piedrosa, y a una altura de casi 2.000 metros.
El poblado más cercano estaba a siete horas de distancia, por lo que desde tierra era difícil visualizar el complejo donde se escondió hasta octubre de 2015 Guzmán Loera, cuando fue rastreado por las autoridades mexicanas.
Los marinos bautizaron la vivienda de Guzmán como “la casucha”, y según su descripción cuenta con tres recámaras con camas matrimoniales, un baño y una cocina. En una descansaba el capo narco, en otra sus guardaespaldas de máxima confianza y en la otra, las cocineras, quienes habrían sido las mujeres con las que el Chapo escapó por la montaña.
El conjunto de cinco casas fue construido a todo ritmo apenas días antes de que Joaquín Guzmán escapara de la cárcel del Altiplano. Una inscripción lo delata: 21 de junio de 2015 fue la rubrica que quedó estampada en cemento.
De acuerdo con imágenes difundidas por la Marina mexicana y por las cadenas Univision y Televisa, el complejo donde se escondía el fundador del Cártel de Sinaloa tenía una construcción central en color rosa con techo de lámina, un almacén para alimentos construido de madera, un área de lavado y distintos cuartos en el resto de las cabañas en los que dormía su personal de seguridad.
La habitación que ocupada el Chapo estaba casi en obra negra, con tres camas, una con base de cemento, las que ocupaban él, su pareja y su hijo Iván Archivaldo, quien lo visitaba en distintas ocasiones.
La cocina tenía solo lo indispensable, aunque tenía muchas sillas y mesas en las que comían los aproximadamente 30 hombres que cuidaban al narcotraficante en “la fortaleza”. También contaba con varios baños en el exterior, en los cuales los ocupantes de la casa tendían su ropa.
“La fortaleza”, como la bautizaron los pobladores, contaba con internet y con electricidad propia provista por un moderno sistema solar. El lugar en la que se erige la que ocupaba el cabecilla permite ver con anticipación cualquier tipo de movimiento extraño. Eso resultó la salvación del jefe del entonces cártel de droga, el más peligroso de México.
La mayor parte del terreno estaba cubierta por ramas y techos, lo que impedía que el narcotraficante fuera divisado desde al aire mientras se movía con libertad en el territorio.
Sus hombres custodiaban la finca las 24 horas fuertemente armados, pero ni aún así pudieron evitar ser detectados por elementos de la Marina de México.
Entre las cosas que se encontraron de Guzmán Loera en la habitación que ocupaba estaban sus camisas de la marca Barabas, similares a las que usó durante la reunión con los actores Sean Penn y Kate del Castillo, un bote grande de vitamina C, una maleta abierta con ropa y un ejemplar de libro Zero, Zero, Zero, del autor italiano Roberto Saviana, cuya trama central es el tráfico de drogas entre Europa y México.
Después de que Guzmán Loera huyera del lugar con una bolsa de plástico que siempre tenía preparada con lo necesario, la Marina usó la fortaleza como cuartel.
El Chapo fue detenido en su natal Sinaloa el 8 de enero de 2016 y extraditado a Estados Unidos, donde cumple una sentencia de cadena perpetua.
Fuente: Infobae