Elige la corbata perfecta, el accesorio masculino por excelencia

 

No es un adorno más ni un simple complemento. Es el accesorio masculino por excelencia, capaz de sobrevivir a todo tipo de modas. Por eso es tan importante saber elegir bien aquella que cuadra mejor no solo con tus gustos sino también con el protocolo, el momento del día, el clima o el resto de prendas a las que va a acompañar.

Esta temporada son los estampados mini a base de flores o animales los que dictan la tendencia, pero también los clásicos puntos y rayas encontrarán su hueco entre las propuestas de las principales firmas de lujo. Pero antes de comprar lo último, toma nota de las 5 reglas de oro antes de elegir la corbata perfecta:

Tamaño

Corbata estampada
Corbata estampada – Armani

Estándar: la versión tradicional, la que representa perfectamente los cánones de lo que comúnmente conocemos como corbata y la más utilizada en todo el mundo. Su medida es de unos 6-7 centímetros de ancho y suelen funcionar bien con todo tipo de trajes, sobre todo con los más clásicos. En los eventos más formales, no dudes.

Finas: aunque hace unos años se consideraban símbolo de modernidad, ahora las conocidas como ‘skinny’ no son tan habituales y han quedado reservadas para los que huyen de los clasicismos. También son recomendadas para los hombres menudos ya que sus centímetros, entre 4 y 6, lo convierte en la mejor opción para este tipo de cuerpos por el efecto visual que se consigue con ellas. Llévalas con trajes de corte slim que tengan las solapas delgadas y siempre en contextos más desenfadados.

Anchas: en este caso la pala mide entre 8 y 10 centímetros por lo que resulta genial si eres de complexión fuerte ya que ocupan más zona del torso. De lo contrario serán excesivas ya que pueden parecer salidas de la década de los 70.

Tejidos

@Iamgalla
@Iamgalla – Instagram

Seda: las clásicas. Dentro podemos encontrar diferentes categorías en función de su calidad o de los porcentajes que lleve en su composición pero, siempre son infalibles se van a llevar con cualquier traje.

Lana: al ser de una textura más basta, lo mejor es evitarlas en los looks de noche. En cambio van geniales para los trajes más gruesos que se lucen invierno para hacer frente a las bajas temperaturas.

Punto: al igual que las de lana, resérvalas exclusivamente para el día y cuando la etiqueta no requiera excesiva formalidad. Son ligeras, cómodas y de un estilo más juvenil que las hace perfectas para temporada primavera – verano.

Nudos

Corbatas de colores
Corbatas de colores – Pixabay

‘Four-in hand’: Es el más simple y el más sencillo de hacer porque acepta cualquier corbata. También conocido como americano, es increíblemente versátil y es el más recomendado para camisas de cuellos estrechos. Debes colgar los dos extremos de forma que el más estrecho esté casi a la mitad de altura del ancho. Cruzar el extremo ancho por detrás del estrecho, volver a cruzarlo esta vez por delante y de nuevo por detrás. Meter el extremo ancho por el centro del nudo para terminar y apretar hasta que se ajuste al cuello.

Windsor: es el más formal de todos por lo que se reserva exclusivamente para eventos más formales como, por ejemplo, bodas. Incluso en esos casos hay que tener cuidado antes de hacerlo porque no funciona con todo tipo de trajes o camisas por lo que ésta última tiene que tener un cuello ancho o recortado, de lo contrario la camisa parecerá demasiado grande. Requiere además de una corbata de seda clásica, ancha y con gran cantidad de tela para hacer bien el nudo.

Medio Windsor: es probablemente el que más termines usando en tu vida cotidiana. Impone menos que su hermano mayor y para atarlo necesitarás una corbata larga menos ancha que en el caso anterior para que no se vea demasiado grueso el resultado.

Aunque estos tres son los más comunes, existen muchas otras formas de anudarse la corbata. Está el nudo doble, con dos vueltas delanteras para ganar en anchura; el shelby, muy parecido al Windsor; o el tipo lazo, que aparece del manejo de la corbata como un pañuelo.

Ocasión

La ocasión obliga
La ocasión obliga – Unsplash

Trabajo: es probablemente el contexto en el que más se demande la corbata y no todo está permitido en él. Si es una oficina tradicional, lo mejor es optar por modelos estándar, de seda o lana en función de la época del año y en liso. Si vas a recurrir a los estampados, que sean a base de rayas, topos o cuadros y en tonos preferiblemente discretos. Deja los dibujos o los colores estridentes para el ocio.

Bodas o eventos formales: en este caso las reglas son muy similares al entorno laboral y la discreción suele ser el mejor recurso. Mira bien que encaje con el estilo y color del traje elegido, y siempre llévala con camisa blanca. Si es una ceremonia de día, opta por tonos claros y los oscuros utilízalos si es de tarde-noche.

Ocio: obviamente aquí está todo permitido. Tu imaginación es el único límite a la hora de elegir corbata con la que acompañar tu estilismo para una cita nocturna o una fiesta informal. Si no quieres pecar de formal, deja el traje en casa y luce las versiones de punto de este accesorio con jeans, camisa y cazadora de cuero o chaqueta tipo bomber.

Manual de estilo

Johaness Huebl
Johaness Huebl – Instagram

Una vez elegido el tipo de corbata en función de su forma, su tejido o del momento en el que se va a utilizar, hay una serie de “normas” a tener en cuenta a la hora de llevarla.

La primera de ellas es el largo. Es muy importante que la punta de la corbata llegue justo a la altura de la cintura o, en su defecto, unos centímetros por encima. Nunca debe sobrepasar ese límite.

Otro de los aspectos a considerar es que el nudo debe tapar perfectamente los botones de la camisa y estar centrado entre los del cuello de la camisa si los tiene. Camisa que, por cierto, nunca puede ser de un color más oscuro que el de la corbata.

El pliegue conocido como “hoyuelo” es otro detalle a tener en cuenta una vez elaborado el nudo de la corbata. Es ese toque final que marca la diferencia. Debe estar centrado y quedar natural. Se consigue presionando ligeramente justo debajo del nudo o tirando del extremo más delgado.

Si vas a acompañarla de un alfiler o pisacorbatas es importante que cualquiera de ellos esté perfectamente centrado entre el tercer y el cuarto botón de la camisa, de lo contrario arruinará el toque de elegancia.

Por último, atrévete a jugar con el pañuelo. Aunque siempre se ha tendido a la monocromía total entre corbata y pañuelo, en el atrevimiento está la virtud del estilo. Por tanto, puedes optar por combinar estampados o si prefieres ser más cauto, optar por uno de ellos con dibujos y el otro en un tono similar en liso.

Fuente: ABC

 

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