Es verdad que el aumento de la migración centroamericana desequilibró la vida y los intercambios entre ambos lados.
Y no solo ocurre en el sur.
En el norte, en Mexicali, vendedores ambulantes aagredieron a los ocupantes de un albergue de migrantes deportados porque se están poniendo en lugares donde ellos venden.
“Entraron, lesionaron a nuestros encargados, los golpearon las cabezas, traían tubos, inclusive traían un taladro, traían varias cosas con la que agredieron”, comentó Sergio Tamai, activista de Mexicali, Baja California.
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