Ataque del “Nuevo eje”: mentalidad y métodos del eje nazi-fascista

 

MSIA INFORMA

El ataque de misiles contra Siria prometido por el presidente Donald Trump, para castigar el supuesto ataque químico ocurrido en Duma el 7 de abril, fue efectuado en la madrugada del 14 de abril, por fuerzas aeronavales de Estados Unidos, Reino Unido y Francia.

 

Según el Pentágono, se dispararon 105 proyectiles de crucero contra tres instalaciones del imaginario programa secreto de armas químicas del país -a pesar de que la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ) y los mismos Estados Unidos hayan supervisado y sancionado la destrucción del arsenal químico sirio entre 2014 y 2016.

 

La agresión injustificada a una nación soberana contra la que ninguno de los integrantes de la coalición tripartita se encuentra oficialmente en guerra, atropellando principios establecidos en el Derecho Internacional, puso de manifiesto que, a pesar de la aparente demostración de fuerza, el cuadro es diferente: ahí encontramos la creciente debilidad de la estructura de poder angloamericana, a la cual los tres últimos presidentes franceses se unieron en calidad de socios minoritarios, y el papel determinante de Rusia interponiendo obstáculos a la alianza que pretende mantener la hegemonía global.

 

Así la operación mostró el límite para imponer por la vía militar aquellos designios y la gran semejanza, con la mentalidad y métodos, del eje nazi-fascista original de 1940-45. La agresión a Siria fue justificada por pretextos tan falsos como el ataque a la estación de radio de Gleiwitz, ciudad alemana junto a la frontera de Polonia, por una fuerza especial de la SS nazi en uniformes polacos, ardid con el cual Hitler justificó ante el mundo la invasión del país vecino, dando inicio oficial a la Segunda Guerra Mundial.

 

“La actitud de los franceses, británicos y estadounidenses es la misma de Adolfo Hitler en 1939, para luego comenzar la Segunda Guerra Mundial,” observó con propiedad el vicepresidente de la Organización para la Seguridad y Cooperación de Europa (OSCE), Willy Wimmer (RT, 14/04/2018).

 

En términos estrictamente militares, el ataque fue un fracaso, si se considera que las anticuadas defensas antiaéreas sirias (respaldadas por contramedidas electrónicas rusas) derribaron cerca de 70 por ciento de los misiles atacantes y los demás alcanzaron edificios vacíos y campos abiertos.

 

Esto porque los blancos fueron previamente negociados entre el Pentágono y el comando ruso, para evitar bajas entre los militares sirios y sus colegas rusos e iraníes -y claro la reacción prometida por el comando ruso, en caso de que esto aconteciera.

 

Es decir, fue un ataque “consentido,” para que Trump no perdiese la moral, luego de las bravatas disparadas contra el “animal Assad” y sus aliados rusos. Este hecho muestra en si mismo cuál es la potencia que controla la situación en Siria – la misma salió victoriosa sin disparar un solo tiro.

Imagen: América Latina en movimiento

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