Víctor Manuel Rojano
Era imprescindible remover de su cargo al Coordinador operativo de auxilio UNAM Jesús Teófilo Licona Fierro. Quedó demostrado que en vez de pedir apoyo por radio y reunir a todo el personal para contener a los porros que masacraban a estudiantes junto a Rectoría, Licona omitió cumplir con su labor.
Por supuesto, dicha medida no resulta suficiente para garantizar la seguridad de nuestra Máxima Casa de Estudios, de sus estudiantes, investigadores y académicos.
Otra persona que no hizo su trabajo y este pretexto fue el detonador para todo el movimiento que estamos viviendo en la UNAM, es la directora del plantel CCH Azcapotzalco, Guadalupe Márquez.
Resulta que un grupo de estudiantes hicieron una manifestación pacífica exigiendo todas sus clases, ya que había materias donde no había personal docente, Márquez minimizó tal petición, ya renunció a su cargo.
PERSONAL PREPOTENTE
Alguna vez estaba yo esperando a mi hijo en el circuito Mario de la Cueva, cuando fui abordado por elementos de auxilio UNAM, exigiéndome de manera por demás grosera y prepotente que removiera mi automóvil.
Para evitar discusiones, opté por dar una vuelta por la zona; y al regresar al encuentro con mi hijo, volvieron a arremeter contra el que escribe esta nota, esta vez de manera más grotesca, pero afortunadamente en ese preciso momento mi hijo llegó y me retiré evitando fricciones con Auxilio UNAM.
Me hubiera gustado que con la mitad de la agresión que tuvieron para remover a un padre de familia que esperaba a su hijo, estos sujetos hubieran contenido la violencia ocurrida en un lugar tan emblemático como la explanada de la Torre de Rectoría.
¡Auxilio UNAM no sirve para nada! Han permitido que el campus universitario fuera el escenario de una batalla campal, donde a un estudiante le dieron una brutal golpiza y a otro lo agredieron con un arma punzo cortante,poniendo en riesgo sus vidas.
La responsabilidad de auxilio UNAM está clara: Mantener el orden y en su momento poner a disposición a todo aquel que agreda la seguridad e integridad de la Máxima Casa de Estudios.
¿Acaso no pudieron distinguir lo que es Autonomía con actos vandálicos? ¿Omisión o comisión ante los desmanes y operación no sólo de los porros, también del narcomenudeo en la Universidad Nacional?
