El cierre de la frontera entre Brasil y Venezuela, exigido por el estado brasileño de Roraima, colindante con el país bolivariano, no está en la agenda, a pesar de los incidentes ocurridos el fin de semana contra inmigrantes en áreas fronterizas, indicó el gobierno del presidente Michel Temer.
El gobierno del estado de Roraima, enfrentado con las autoridades federales por su política de aceptación de inmigrantes venezolanos, pidió a una corte suprema que cierre la frontera.
También se pronunció porque el Ejecutivo reparta a las decenas de miles de venezolanos en el estado, a otros lugares de Brasil.
ACOGER A VENEZOLANOS
Sin embargo, la abogacía general de la unión, que representa al gobierno federal, se declaró contraria a la medida extrema en un documento enviado a la máxima instancia judicial.
“”No se pueden adoptar medidas (…) que impliquen el cierre total de sus respectivas fronteras”, indica el documento.
El presidente Temer, quien visitó este año Roraima y convocó a dos reuniones de urgencia desde que el fin de semana brasileños atacaron campamentos de venezolanos en la ciudad fronteriza de Pacaraima, reiteró que “no cerrará” la frontera y que Brasil tiene el compromiso humanitario de acoger a los venezolanos.