Cambios tectónicos en Ucrania ¿A dónde irá el país?

 

Un nuevo fenómeno electoral irrumpió en Ucrania con la aplastante victoria de Volodomyr Zelensky en la elección presidencial de mayo, quien ganó por un 73 por ciento sobre el entonces presidente Petro Poroshenko. El resultado fue un choque, ya que la mayoría de los medios de comunicación occidentales se mofaba del comediante de 42 años que se hizo famoso por su participación en una serie que hacía bromas sobre la élite política corrupta del país.                                                                                   
Con el apoyo del archienemigo de Poroshenko, el oligarca ucraniano Ihor Kolomoiskyi (que vive actualmente en Tel Aviv), Zelensky, fue capaz de emocionar a la mayoría del pueblo ucraniano, cansado de la guerra fratricida que ensangrienta el país desde 2014.                                                                                                                                                
En la ceremonia de toma de posesión causó sensación al preferir llegar a pie al Parlamento, -en lugar de ir escoltado en una limusina-, compartiendo con la multitud que esperaba apretones de manos. Su combativo y serio discurso desencadenó un terremoto que puede despejar el escenario político ucraniano con repercusiones en futuros acontecimientos geopolíticos Este-Oeste.

 

Enfatizó la necesidad de terminar rápidamente la guerra en Ucrania –respaldada desde un principio por Estados Unidos y Europa Occidental. Agregó que eso sólo se puede alcanzar con la ayuda del pueblo ucraniano:

 

“Cada uno de nosotros es el presidente. No sólo el 73 por ciento que votó por mí, sino todo el 100 por ciento de los ucranianos- Esta no es sólo mía, es nuestra victoria común (… )De ahora en adelante, cada uno de nosotros es responsable por el país que dejaremos a nuestros hijos. Cada uno de nosotros, en su lugar, puede hacer todo por la prosperidad de Ucrania.”

 

En referencia a la guerra en el Este del país, que ya provocó más de 10 mil muertes en la región, habló del “dolor común” compartido por todos. Pero los temas recurrentes fueron la unidad y la reconciliación. Para él, lo fundamental es alcanzar rápidamente el alto al fuego en Donbass.

 

“Muchas veces me preguntaron: ¿Qué precio está dispuesto a pagar por el alto al fuego? Es una pregunta extraña. ¿Qué precio está dispuesto a pagar por la vida de sus seres queridos? Puedo garantizar que estoy listo para pagar cualquier precio para impedir la muerte de nuestros héroes. Yo, definitivamente, no tengo miedo de tomar decisiones difíciles y estoy dispuesto a perder mi fama, mi porcentaje de apoyo y, si es necesario, sin titubear, mi posición, para traer la paz, siempre y cuando no abandonemos nuestros territorios,” dijo.

 

“Estamos dispuestos al diálogo. Creo que el primer paso es el diálogo,” agregó para resaltar que lo más importante es reconstruir la unidad nacional y conquistar los corazones de las personas, independientemente de cuantos pasaportes tengan (muchos ucranianos tienen también pasaportes rusos –n.e.). El siguiente paso es recuperar los territorios perdidos.

 

La reconquista de los corazones

Lo más importante fue su énfasis en “recuperar las mentes que perdimos.” Añadió que le Ejército sólo es fuerte cuando las autoridades respetan a las personas que todos los días donan sus vidas por el país: “Haré todo lo que pueda para hacerles sentir respeto. Esto significa salarios decentes, licencias luego de las misiones de combate y descansos con sus familias.”

 

En el marco del pésimo estado de la economía ucraniana y de otros problemas que enfrenta el país, Zelensky señaló las “tarifas de servicios exorbitantes, salarios y pensiones humillantes, precios atroces y empleos inexistentes. También están los cuidados con la salud… y hay también las míticas carreteras que se están construyendo y reparando tan sólo en la imaginación prolífica de alguien”. Así mismo culpó al gobierno de Poroshenko (que bien pudiera vérselas con denuncias por corrupción y traición –EH)por los problemas del país,y criticó a las personas del gobierno que “alzan los hombros y dicen que nada podemos hacer,personas que sólo piensan en las siguientes elecciones.”

 

En esencia, Zelensky declaró la guerra a las corruptas estructuras gubernamentales, lo que puede crear problemas para los círculos de Poroshenko, pero también para Estados Unidos y otros países occidentales que, en los últimos años, manipularon a Ucrania para servir de cuña entre Europa Occidental y Rusia.

 

“Mi lección prueba que nuestros ciudadanos están cansados de los políticos experimentados y pomposos del sistema, que, a lo largo de 28 años, crearon un país de oportunidades –oportunidades para sobornar, robar y acaparar recursos,” dijo Zelensky.

 

El presidente prometió “construir un país de otras oportunidades –donde todos sean iguales ante la ley y donde todas las reglas sean honestas y transparentes, las mismas para todos. Y, para ello, necesitamos de personas en el poder que sirvan al pueblo. Es por ello que, en realidad, no quiero mis fotos en sus escritorios, pues el presidente no es un ícono o un retrato. Colguemos las fotos de nuestros hijos y véanlas cada vez que tomen una decisión.”

 

Al final prometió limpiar el gobierno corrupto, al pedirle al Parlamento que aprobara: una ley para remover la inmunidad parlamentaria, una ley que establezca la responsabilidad penal por enriquecimiento ilegal; y el tan esperado Código Electoral y las listas abiertas. Señaló que quiere elecciones parlamentarias en dos meses, con la inclusión de un referendo sobre el futuro de Donbass.

 

Si Zelensky quiere cumplir lo que prometió, podremos ver un nuevo escenario. A su vez Occidente debe remodelar su propia estrategia ucraniana y entablar mejores relaciones, tanto con Kiev, como con Moscú. A Rusia le toca revisar su actitud, dejando atrás el tratar a Ucrania como un hermano menor, orientándose al bienestar del pueblo ucraniano en su conjunto. Ucrania no se puede dar el lujo de perder tiempo en luchas intestinas y rivalidades entre oligarcas; necesita iniciar su reconstrucción.

 

Reacciones de Rusia

El canciller ruso, Serguei Lavrov, dijo que el pronunciamiento de Zelensky era una señal positiva, “hoy, en su discurso inaugural, el presidente se opone a los intentos de dividir la sociedad ucraniana a partir del idioma,” lo que indica que un primer paso para pacificar el país debería ser el intercambio de prisioneros con los habitantes de Donbass.

 

De la misma forma, el patriarca Kirill, jefe de la Iglesia ortodoxa rusa, expresó su esperanza de que el nuevo presidente no repita el error de su antecesor de favorecer divisiones religiosas y políticas en el país.

 

El 22 de mayo, el presidente ruso, Valdimir Putin, en una llamada telefónica con la canciller alemana, Angela Merkel, y con el presidente francés, Emmanuel Macron, conversaron sobre la situación de Siria y de Ucrania, y se resaltó la importancia del cumplimiento de los acuerdos de Minsk, jamás puestos en práctica.

*MSIa Informa

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