El joven Brayan Cruz Calderón fue salvajemente torturado por la policía de Daniel Ortega en Jinotega , en Nicaragua. La víctima denunció que regresaba de trabajar cuando los policías se bajaron de una camioneta realizando disparos.
El ciudadano relató que para evitar que su niño fuera lesionado decidió correr por detrás de la vivienda, donde fue alcanzado por una detonación.
SADISMO
“Me pegaron un balazo en la rodilla, me comenzaron a torturar, me pegaron con las AK, me arrastraron y me llevaron detrás de la casa a meterme a la camioneta”, relató.
“Me comenzaron a meter el cuchillo en mis partes íntimas hasta que me rajaron, me sacaron mis testículos y me comenzaban a decir que sentía cuando me metían las cosas allí. Yo les decía que me dolía y más me daban más me golpeaban”, narró la víctima.
El joven trabajador afirma que no es ningún delincuente, ni asesino. “No he matado a nadie, no he violado a nadie, a mi me gusta trabajar, tengo a mi niño tierno”, manifestó.
ACUSA A EL PANA”
La víctima dijo haber identificado a Ervin Lobos conocido como “El Pana”, quien fue uno de los oficiales que le causó la brutal agresión.
“Me agarraron de cada pie y el otro me comenzó a hacer esa tortura, yo les pregunté por qué me hacían eso y me dijeron: ustedes son unos delincuentes”, denunció el hombre.
DENUNCIA ANTE CPDH
La campesina Anastasia Cruz, originaria de Jinotega, denunció ante la Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH), en Managua, que su hermano Bryan Rogelio Cruz Calderón fue brutalmente torturado por oficiales de la Policía Nacional al grado de que le cortaron sus testículos con un cuchillo y también le perforaron el ano.
Puñaladas que le cercenaron sus testículos, heridas en el ano y el abdomen que le dejaron expuestos sus intestinos, un balazo en la rodilla, patadas y culatazos en la cabeza y en todo el cuerpo, forman parte la lista de torturas al que fue sometido el 30 de agosto Bryan Rogelio Cruz Calderón y que lo mantuvieron durante 17 días en un centro hospitalario, reporta elnuevodiario.com.ni.
La denunciante señala como responsables de dirigir la tortura a los oficiales de nombre Martín Garcia y Ervin Lobos.
LOS HECHOS
“El 30 de agosto él estaba en una hamaca con uno de sus hijos, cuando llegó en vehículo un grupo de policías, que al verlo comenzaron a dispararle y le dieron en una rodilla. Él saltó de la hamaca y corrió a un cafetal y allí lo siguieron hasta que lo agarraron”, indicó en su relato la denunciante.
Agregó que una vez que lo capturaron en el cafetal, lo patearon, lo arrastraron y le dieron culatazos con los fusiles en la cabeza, y después lo llevaron a un sitio llamado la cascada de San Miguel, él iba herido, sangrando de la pierna por el balazo, allí lo siguieron golpeando y lo montaron a un vehículo con la boca ensangrentada”.
La denunciante agrega que después su hermano fue trasladado a la estación policial en Pueblo Nuevo, donde comenzaron a interrogarlo, y allí asegura que lo acusaron de haberlo visto en protestas y tranques contra el gobierno.
“Y luego ahí siguieron con los golpes y las torturas. Y fue cuando lo agarraron entre varios y mientras unos le agarraban las manos y las piernas, otro policía con un cuchillo comenzó a picarle los testículos hasta que se los cortaron y también se lo metieron en el ano”, denunció Anastasia Cruz.
Mientras su hermana denunciaba el caso en la CPDH, a Cruz Calderón le daban de alta del centro hospitalario y en una comunicación telefónica con los promotores de los derechos humanos de la CPDH, dijo que temía regresar a una celda policial. “Ya no quiero más torturas”, lamentó.