CAPTAN ERUPCIONES GIGANTES QUE PODRÍAN PRODUCIRSE EN EL SOL Y ACABAR CON LA TIERRA

ERUPCIONES

 

Un equipo internacional de investigadores dirigido por Christoffer Karoff, de la Universidad de Aarhus, Dinamarca, ha detectado  erupciones de llamaradas súper gigantes en superficies estelares.

 

Las erupciones se producen cuando grandes campos magnéticos en la superficie de una estrella colapsan liberando enormes cantidades de energía magnética, según reza el estudio, que ha sido publicado en la revista ‘Nature’.

 

CONSECUENCIAS CATASTRÓFICAS

Debido a la enorme cantidad de energía liberada en estas súper erupciones, los expertos se preguntan si el mecanismo subyacente en ellas podría repetirse en las erupciones de nuestro Sol. Ello tendría para la humanidad consecuencias catastróficas.

 

Gracias al telescopio LAMOST ubicado en Hebei, China, astrofísicos de Dinamarca, Bélgica, China e Italia han observado la actividad de un total de 5,648 estrellas como nuestro Sol, 48 de las cuales registraron una súper llamarada.

 

“Los campos magnéticos en la superficie de las estrellas son generalmente más fuertes que los campos magnéticos en la superficie del Sol”, explica Christoffer Karoff.

 

SÚPER LLAMARADA DEL SOL

No obstante, entre todas las estrellas que se analizaron, alrededor del 10 por ciento tenía un campo magnético con una fuerza similar o más débil que el campo magnético del Sol, informa el portal Phys.org.

 

No es imposible que el Sol pueda generar una súper llamarada, afirman los expertos.

 

“Ciertamente, no esperábamos encontrar estrellas con súper erupciones de campos magnéticos parecidos a los campos magnéticos del Sol. Esto abre la posibilidad a que el sol sea capaz de generar una súper llamarada. Es un pensamiento muy alarmante”, sostiene Christoffer Karoff.

 

ERUPCIONES MONSTRUOSAS

El Sol es capaz de producir erupciones monstruosas, como lo fue la llamarada solar denominada ‘evento Carrington’ del año 1859, que fue catalogada como la tormenta solar más potente registrada en la historia.

 

La eyección de masa coronal fue tan grande que causó auroras boreales en todo el mundo y golpeó la Tierra de frente, generando intensas tormentas geomagnéticas que hicieron que las líneas telegráficas del planeta dejaran de funcionar.

 

Si hoy en día una erupción de esta magnitud golpeara la Tierra, aseveran los científicos, las consecuencias serían catastróficas, no solo para todos los equipos electrónicos, sino porque podría desembocar en la destrucción de la mayor parte de los organismos vivos del planeta.

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