Rex Tillerson “continúa al frente del Departamento de Estado”, afirmó la Casa Blanca, al desmentir insistentes y generalizados rumores sobre su despido inminente ante desacuerdos con el presidente Donald Trump.
En una escueta nota oficial, la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, afirmó también que “no hay anuncios” que formular sobre cambios en el gabinete.
De acuerdo con Sanders, todo el gabinete de ministros de Trump “está concentrado en completar este increíblemente exitoso primer año” de gobierno.
ENFRENTAMIENTOS PÚBLICOS
Poco antes, al recibir en el Salón Oval al príncipe Salman Bin Hamad Bin Isa Al Jalifa, de Baréin, Trump fue interrogado por los rumores del despido inminente de Tillerson, pero se limitó a responder que el jefe de la diplomacia “está aquí” en la Casa Blanca.
Más allá del desmentido de la presidencia, el enfriamiento de las relaciones entre Trump y Tillerson, un millonario ex director del gigante petrolero ExxonMobil, ya se tornó un asunto evidente que el gobierno no logra esconder.
Además de diferencias públicas sobre las relaciones entre Estados Unidos e Irán, el núcleo más grave de divergencias está en el tratamiento de la crisis con Corea del Norte.
¿LE LLAMÓ “IMBÉCIL”?
En mensajes en la red Twitter, Trump llegó a decir que Tillerson estaba “perdiendo tiempo” buscando un canal diplomático con Corea del Norte.
En ese contexto, circularon testimonios sobre una reacción de Tillerson en una reunión privada, en la que habría llegado a definir al presidente como un “imbécil”.
El martes, instantes después que Corea del Norte realizó una prueba con un misil balístico transcontinental que cayó en el Mar de Japón, Trump comentó que él y su equipo de asesores militares definirían una respuesta: “Nos ocuparemos de eso”, dijo.
Sin embargo, en la misma jornada, Tillerson apuntó que “las opciones diplomáticas” para resolver la crisis con Corea del Norte siguen “sobre la mesa por el momento”.