El teléfono celular del sacerdote Francisco Bautista Ávalos se volvió un elemento clave para determinar, hasta ahora, su culpabilidad en el asesinato del joven Hugo Leonardo Avendaño, ya que registros satelitales revelaron que estuvo en el lugar y momento del homicidio.
En la segunda audiencia del caso, un juez de Control consideró que Bautista Ávalos es el autor material de asesinato, luego de que el agente del Ministerio Público presentara los registros de geolocalización de los celulares del párroco y de Avendaño, quien fungía como auxiliar en su iglesia.
En ellos se demuestra que el sacerdote y el joven estuvieron el pasado 11 de junio en la casa parroquial Cristo Redentor, en la alcaldía Tlalpan, desde las 23:04 horas hasta las 3:16 de la madrugada del día 12.
Además, el último mensaje que envió Leonardo la noche del 11 de junio desde ese punto, donde vivía el sacerdote, decía: “Ya llegué pa, voy a dejar el celular prendido, cualquier cosa, me llamas”.
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