Ivette Sosa
Para nadie es un secreto que Porfirio Muñoz Ledo, un hombre formado en las ligas mayores del PRI (hoy en las menores de Morena), es un político sagaz e inteligente, pero también polémico y de mecha muy, muy corta.
Resulta que en San Lázaro, en pleno proceso legislativo de renovación de la presidencia de la Mesa Directiva, Porfirio olvidó que su micrófono estaba encendido y, como él también estaba prendido, dada la acalorada sesión, exclamó un firme y contundente: “¡Chinguen a su madre, qué manera de legislar!”, a los diputados presentes.
¡Estaba encabronado!
La expresión del aún presidente de la Mesa Directiva lo dijo todo. ¡Estaba encabronado!
Y de ello se dio cuenta Dolores Padierna, vicepresidenta de esa instancia legislativa, pero con tantos años en las lides políticas seguramente curada de espanto y acostumbrada a los exabruptos de sus compañeros, en esta ocasión del morenista Muñoz Ledo.
