“Compatriotas, hace unos momentos ordené a las fuerzas armadas lanzar ataques de precisión contra blancos asociados con la capacidad de producción de armas químicas del dictador sirio, Bashar al Assad. Fue una operación combinada con fuerzas armadas de Francia y Gran Bretaña y tiene lugar en estos momentos”, dijo Donald Trump, presidente de Estados Unidos.
Así anunció Estados Unidos el comienzo de una serie de ataques contra instalaciones militares del gobierno sirio el pasado viernes.
¿ATAQUE QUÍMICO A DUMA?
La ofensiva se llevó a cabo casi una semana después de un supuesto ataque químico en Duma, una ciudad de Guta Oriental a las afueras de la capital Damasco y que estaba controlada por fuerzas rebeldes. En el ataque murieron al menos 70 personas.
“El régimen sirio tiene antecedentes de usar armas químicas contra su propia gente en la manera más cruel y abominable, y una cantidad considerable de información, incluyendo inteligencia, indica que el régimen sirio es responsable de este último ataque”, destacó Theresa May, primera ministra de Reino Unido.
May defendió el bombardeo del viernes como una respuesta proporcionada, legítima y justificada, pero aseguró que no significa que busquen destituir a Bashar al Assad.
La coalición disparó 105 misiles y bombas desde buques de guerra y aviones de caza contra tres objetivos militares sirios con el objetivo de debilitar la capacidad del régimen sirio para desarrollar y utilizar armas químicas.
VERSIÓN DEL KREMLIN
Rusia en cambio, aseguró que la coalición atacó ocho posiciones militares y civiles, que 71 misiles fueron interceptados por el sistema de defensa antiaéreo sirio, y que aquellos que impactaron lo hicieron en bases abandonadas.
El presidente ruso Vladimir Putin criticó en un comunicado que la coalición no esperó los resultados de la investigación de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas, cuyo equipo de expertos llegó a Damasco este sábado.
Putin dijo que este ataque empeoraba aún más la ya catastrófica situación humanitaria en Siria.