Nuestros amigos felinos también son capaces de ser educados, desde aprender a no arañar los muebles hasta sentarse con nuestra orden o hacerse el muerto con el movimiento de nuestro dedo. La clave es tener mucha paciencia, dar premios, y por supuesto, conocer la forma correcta con la que se les debe enseñar.
Debemos olvidarnos del pensamiento popular y solo tener paciencia
Es frecuente escuchar que los gatos no pueden ser educados, pero esto no puede estar más lejos de la realidad. Los gatos también pueden seguir nuestras órdenes, lo que sí es verdad es que aprenden de manera diferente a los perros, pero cabe recordar que son especies diferentes.
La mejor manera de entrenar a nuestro amigo es cuando aún es pequeño. Recomendamos que los primeros cuatro meses, el gatito esté con su madre y hermanos, esto le enseñará algunas reglas de socialización, a convivir con otros animales, a comunicarse, algunos hábitos de higiene, entre otras cosas.
Lo más importante es que lo relacionemos con las personas, y de ser posible, con otros animales, de esta forma nuestro gato no será agresivo ante los extraños.
Por otra parte, si el gato ha llegado a nuestra vida siendo un adulto, también podemos educarlo, será un trabajo más largo y complicado, pero para nada imposible.
La forma correcta de educar a un gato
Para aprender como educar a un gato fácilmente solo debemos seguir algunas reglas básicas y evitar algunas cosas para asegurarnos de que aprenda de forma efectiva.
Lo primero que debemos hacer desde la llegada del gatito a nuestro hogar es mostrarle mucho afecto para que confíe plenamente en nosotros, esto es fundamental. Las caricias y las palabras en tono amable serán perfectas.
También es primordial enseñarle a la ubicación de todos sus objetos: la caja de arena, sus juguetes, bebedero y comedero, con lo que el pequeño rápidamente aprenderá cómo utilizarlos.
Una vez el gato se adapte a su entorno, podremos pasar a enseñarle algunos trucos.
¿Cómo enseñar a mi gato a usar el arenero, el rascador y sus juguetes?
Desde el primer día recomendamos tener un rascador en casa para que el gato aprenda a usarlo y así evitaremos la destrucción de los muebles del hogar.
Elegir un rascador que incluya juguetes y otros objetos es la forma más fácil de que aprenda. Aunque bastará con estimularle nosotros mismos a usar el rascador y con premiarlo cada vez que lo use por su cuenta.
Para que el gato aprenda a utilizar el arenero, lo primero será ubicarlo en una zona de fácil acceso para él y a la que le llevaremos siempre después de comer, al despertar o después de jugar.
Nuevamente debemos premiarlo cuando lo utilice y en caso de que haga sus necesidades en otro lugar, no debemos castigarlo, solo bastará con llevarlo hasta el arenero para felicitarle después de que lo utilice.
A los gatitos debemos darles algunos juguetes para que aprendan a “cazar”. Las pelotas pequeñas o los ratones de trapo son elementos con los que el gato se lo pasará de maravilla. Aunque no debemos olvidar que la clave siempre será estar presente en el juego, de lo contrario, se aburrirá del juguete rápidamente.
Educa mediante refuerzos positivos, no lo castigues
Los gatitos suelen ser traviesos, especialmente cuando están en la adolescencia, por lo que debemos saber cómo educar a nuestro gato con refuerzos positivos para que aprenda desde pequeño.
Siempre debemos premiarlo con comida, palabras en un tono amable o caricias cuando tenga una conducta que nos agrade, entenderá que eso es positivo y es lo que debe hacer.
Si el gato tiende a arañarte para que le prestes atención, ignoralo por completo, para que aprenda que de esa forma que no obtendrá ningún resultado.
También debemos evitar castigarlo si tiene una conducta que no nos gusta. Aunque podremos emplear el “No” en un tono de voz grave, pero solo si lo encontramos haciendo algo malo; si ha pasado un rato ya no servirá de nada, pues no entenderá por qué ha sido regañado.
¿Cómo enseñarle trucos a los gatos?
Una vez nuestro amigo felino haya cumplido con nuestras pautas básicas de comportamiento, podremos pasar a enseñarle órdenes específicas, como “ven”, “sentado” o “arriba”. Simplemente debemos actuar de una manera similar al entrenamiento con los perros.
Debemos repetir la orden y darle un premio cada vez que obedezca, con caricias, un “bien hecho” en tono amigable o algo de comida irá perfecto. Pero no podemos olvidar que es un gato y que nos hará caso solo cuando le interese.