¿CÓMO SE FILMÓ LA ESCENA DEL ATAQUE DEL OSO EN #THEREVENANT?

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La impresionante escena del ataque de un oso al personaje de Leonardo DiCaprio, incluida en la película “The Revenant”, dirigida por el mexicano Alejandro González Iñárritu, es uno de los momentos cumbre de la cinta nominada a 12 estatuillas del Oscar.

La escena fue recreada de forma tan detallada que, incluso, en las redes sociales hay “memes” (bromas cibernéticas) que le conceden el premio de la Academia a la convincente actuación del grizzly de 2.4 metros y 680 kilos.

La dispareja lucha entre el oso que defendía a sus cachorros de los colonos de Estados Unidos en 1823, y Hugh Glass, el personaje de DiCaprio, fue recreada digitalmente por un grupo de expertos de primer nivel en maquillaje cinematográfico, a cargo de Duncan Jarman y efectos especiales dirigidos, por Richard McBride, ambos postulados por este filme a los premios de Hollywood en la categoría de Mejor Maquillaje y Mejores Efectos Especiales, respectivamente.

MAQUILLAJE DE DICAPRIO Y EFECTOS ESPECIALES

El británico Duncan Jarman, quien trabajó en filmes como “Budapest Hotel” y “The Last Samurai”, adhirió a la piel de DiCaprio -contemplado en la categoría de Mejor Actor-, prótesis que simulan ser las mutilaciones causadas por la agresión del animal.

Jarman y sus colaboradores, añadieron un cuello de silicón que sangraba y burbujeaba, también cortes pequeños en el rostro del actor y una lesión profunda al costado de la cabeza. Para las heridas, emplearon una mezcla de semillas de lino, girasol y almendras trituradas.

En los días que filmaron la secuencia, Jarman en compañía de Siân Grigg y Robert Pandini, realizaron un viaje de dos horas por Canadá, seguido de casi cinco horas de trabajo en el cuerpo de Leonardo DiCaprio.

Por su parte, los efectos especiales estuvieron a cargo de Richard McBride -incluido en las recientes nominaciones al Oscar en Mejores Efectos Especiales-, de Industrial Light & Magic (ILM), compañía dedicada a la creación de efectos visuales por computadora, misma que fundó George Lucas, en 1975.

McBride, comentó: “Lo que era interesante, pensando en las primeras conversaciones con el director, fue la forma en que todo se construyó en base al movimiento, la planificación y la coreografía, pero siempre teniendo en cuenta que se trataba de un ataque real de un oso. Y la otra cosa en la que todos debíamos pensar es que no se trataba de un monstruo, sino de una especie en su hábitat natural y que simplemente debía comportarse como un animal salvaje normal. Alejandro quería, desde el inicio, que el ataque fuera repentino y que se sintiera de cerca la acción, sumergiéndose en cada detalle”.

Asimismo, explicó que: “Para el equipo de efectos visuales, era importante que durante la filmación se mantuviera visible a Leo, así que una vez que se hacía el trabajo de cámara, posicionamos a nuestro especialista de tal manera que él estuviera agarrando, jaloneando y empujando en todos los lugares adecuados donde pensamos que los golpes se producirían”, y agregó: “Fue un trabajo arduo y extenso debido a lo cerca que debíamos estar de la acción central”.

Sobre el hiperrealismo en la textura del pelaje del oso grizzli, puntualizó: “Diseñamos la simulación de la carne sobre los huesos y luego añadimos una capa de piel encima de todo eso. Esto permitió crear complejidad en el movimiento del animal, pero teníamos que marcarlo una y otra vez debido a que si mirabas con detenimiento te percatabas de un brillo artificial en la piel que parecía poco natural como si descaradamente fuera diseñado por computadora, muy brillante y parpadeante”.

 

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