El anuncio de la expansión de la política del Presidente Donald Trump para incrementar el número de solicitantes de asilo de terceros países devueltos a México provoca una profunda decepción, aseguró Nancy Pelosi, la presidenta de la Cámara Baja de Estados Unidos.
Anunciada este viernes por la Administración Trump en una declaración conjunta con el Gobierno mexicano, la política conocida como Quédate en México (‘Remain in Mexico’, en inglés) obliga a los solicitantes de asilo a esperar en territorio mexicano la resolución de sus procesos de asilo en EU.
“Estamos profundamente decepcionados por la expansión de la fracasada política de la Administración conocida como Quédate en México que viola los derechos de los solicitantes de asilo bajo la ley de EU y falla en atender las causas de raíz de la migración centroamericana”, dijo Pelosi
QUÉDATE EN MÉXICO
Desde su lanzamiento en enero de 2019, la política de Quédate en México ha devuelto a territorio mexicano 8 mil 835 solicitantes de asilo principalmente centroamericanos que ahora deben esperar en ciudades fronterizas como Tijuana y Ciudad Juárez su cita con un juez de migración en EU.
Derivado de la Declaración Conjunta negociada ayer por una delegación encabezada por el Canciller mexicano, Marcelo Ebrard, y funcionarios del Departamento de Estado estadounidense, la devolución de migrantes a territorio mexicano será expandida a todos los cruces de la franja fronteriza.
Actualmente, la política de Quédate en México enfrenta demandas en las Cortes federales por parte de grupos de derechos humanos que aseguran es inconstitucional al atacar el derecho al asilo contenido en las leyes estadounidenses y han cuestionado también el papel del Gobierno mexicano.
AMENAZA DE ARANCELES
Pelosi reiteró una vez más el amago de imponer aranceles a México hecho por Trump y que finalmente fue retirado de la mesa luego de un acuerdo para la expansión de la política de Quédate en México y el despliegue de la Guardia Nacional en la frontera Sur con Guatemala.
Apenas anoche, el Canciller Ebrard concluyó una ronda de negociaciones de al menos tres días en la Casa Blanca y el Departamento de Estado en la capital de EU donde junto a un equipo legal de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) buscó desactivar la amenaza de los aranceles de Trump.