En México hay más de 20 millones de niñas, niños y adolescentes que viven en hogares que experimentan algún tipo de pobreza, situación que tiene una alta probabilidad de volverse permanente y sus consecuencias negativas podrían ser irreversibles, dio a conocer el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
En el reporte de Evaluación de la Política de Desarrollo Social 2018, el Coneval destaca que las políticas públicas deben tomar en cuenta las realidades heterogéneas que viven los menores en el país.
Destacan que a pesar de los avances logrados durante la presente administración para combatir el problema, hoy al menos 20.7 millones de niñas, niños y adolescentes viven en hogares que experimentan algún tipo de pobreza.
Según el documento, 52.3 por ciento de niños y niñas (0 a 11 años) se encontraban en situación de pobreza en 2016 (42.6 en pobreza y 9.7 en pobreza extrema), mientras que el 48.8 por ciento de los adolescentes (12 a 17 años) estaban en la misma situación (41.1 en pobreza y 7.8 en pobreza extrema).
El panorama es más complejo para los menores indígenas, quienes alcanzan porcentajes de pobreza cercanos a 80 por ciento (78.6 para las niñas y niños y 78.2 para los adolescentes), lo que refleja las desventajas que enfrenta la población indígena para el ejercicio de sus derechos.
En cuanto a alimentación, el informe detalla que entre los factores de riesgo para esta población se encuentra la falta de control de los peligros asociados a los alimentos, lo que promueve una mayor incidencia de enfermedades gastrointestinales.
Y es que en 2016, la tasa de muertes por enfermedades diarreicas fue de 7.1 por cada 100 mil niños menores de cinco años, mientras que en 2015, el 12.4 por ciento de los infantes presentaba desnutrición crónica, que es baja talla para la edad, y si sólo se toma en cuenta a los menores que radican en zonas rurales el porcentaje asciende a 18.9.
Finalmente, en el aspecto de trabajo infantil, de acuerdo con cifras de la Encuesta Nacional de Ocupación Empleo 2015, 2.5 millones de niñas, niños y adolescentes entre cinco y diecisiete años estaban trabajando, es decir, un 8.4% del total de esta población.
La mayoría de estos menores, que representa 89.6 por ciento, desempeñan ocupaciones no permitidas, situación que afecta su acceso y aprovechamiento a la educación, pues 37 por ciento de ellos no asiste a la escuela.