¿Sabes que diversas prácticas cotidianas podrían dañar tus oídos? ¿Alguien te comentó que el consumo excesivo de alcohol puede ocasionar un daño en la corteza auditiva central del cerebro y derivar en una reducción del volumen cerebral?
La audición desempeña un papel esencial en nuestra vida y es difícil pensar qué sería de nosotros al no tenerla. Gracias a esta función podemos disfrutar los sonidos que se emiten en el entorno y establecer comunicación.
Factores como la edad, la genética, así como ciertos hábitos, ponen en riesgo nuestra salud auditiva. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el mundo existen más de 360 millones de personas que padecen pérdida de audición, sin embargo, más de la mitad de estos casos pudieron prevenirse.
A continuación, presentaremos nueve hábitos que propician daños en los oídos.
Fumar: No sólo es la causa principal de cáncer de pulmón y garganta, sino que genera muchos problemas auditivos a mediano y largo plazo. Un estudio publicado en el Journal of the American Medical Association, reveló que los fumadores tienen hasta un 70% de probabilidades de perder la audición; lo cual se debe a la intensidad y duración de exposición a los tóxicos que despide el humo del cigarrillo.
Uso de secador de pelo: Aunque es un artefacto muy útil para peinar el cabello, el ruido que emite podría generar daños en los oídos, a largo plazo -se recomiendo utilizar tapones auditivos-.
Escuchar música con alto volumen: Muchas personas disfrutan el escuchar música a todo volumen, pero desconocen que este ruido afecta directamente la capacidad auditiva, en especial cuando proviene de audífonos.
Exponerse al ruido del tráfico: Aunque parece inevitable, exponerse al ruido del tráfico supone un riesgo, ya que los decibelios generados cusan un impacto negativo en los canales auditivos.
Uso inadecuado de bastoncillos para los oídos: Muchas personas consideran que los hisopos de algodón son el mejor elemento para quitar la cera de los oídos, sin embargo, pueden empujarla hacia el interior y, en el peor de los casos, ocasionar el rompimiento de la membrana timpánica y causar sordera.
Consumo excesivo de algunos medicamentos: La ingesta de medicamentos, además de generar problemas intestinales y en el sistema nervioso, repercute en la salud auditiva. Según la OMS, el oído interno puede desgastarse a causa del consumo usual de antibióticos, antipalúdicos y medicamentos para tratar el cáncer.
Ingerir bebidas alcohólicas: Beber alcohol en exceso puede ocasionar daños en la corteza auditiva central del cerebro, lo cual provocaría una reducción del volumen cerebral, es decir, al deteriorarse el cerebro, se dañan los nervios responsables de percibir los sonidos.
Obesidad: Las personas con un índice de masa corporal por encima de lo normal, tienen hasta un 17% más de riesgo de desarrollar un problema auditivo en el futuro.
Hablar con tono de voz alto: El ruido originado en una conversación grupal puede alcanzar hasta los 50 decibelios, más de lo adecuado para la salud del oído.
Muchos de estos hábitos prácticamente son inevitables, pero vale la pena hacer lo posible por cuidar nuestra salud auditiva.
