La pandemia de coronavirus ocasionará que 2.1 millones de niños y adolescentes tengan que trabajar para enfrentar la crisis y aminorar la pobreza en sus entornos familiares.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) indican que el cierre de escuelas, la muerte de padres, la reducción de remesas, la falta de trabajo y el aumento de las labores informales dejarán a millones de niños expuestos a la explotación laboral y al trabajo forzado.
POTENCIAL INCREMENTO
Según el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi), en nuestro país hay cerca de 3.2 millones de niños y adolescentes que realizan alguna actividad productiva por necesidad económica, por lo que, este número puede aumentar a 5.3 millones a finales de año.
Actualmente, cerca de dos millones de menores se emplean en trabajos no permitidos, es decir, actividades económicas que ponen en riesgo su salud y afectan su desarrollo. En tanto, 1.15 millones se ocupan en quehaceres domésticos en condiciones no adecuadas.