Crean investigadores mexicanos desinfectante hospitalario con flor de jamaica

 

En la guía Prevención de las infecciones nosocomiales, la Organización Mundial de la Salud (OMS) se dio a la tarea de advertir que 99 por ciento de los microorganismos -virus, bacterias, parásitos y hongos- están  en un ambiente donde hay suciedad visible, por lo que los procedimientos de limpieza en hospitales deben eliminarla.

Como medida preventiva, la OMS aconseja  la integración de un equipo de control de infecciones a cargo del servicio de higiene del hospital, que entre sus responsabilidades tiene que “verificar la eficacia de los métodos de desinfección y esterilización y de los sistemas establecidos para mejorar la limpieza del hospital”.

Motivados por esta necesidad, investigadores del Instituto de Ingeniería de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), en colaboración con especialistas de la compañías Industrias Bioquim, crearon un desinfectante hospitalario de amplio espectro, a partir de la síntesis con extractos de flor de jamaica.

Por medio de la síntesis verde, los especialistas obtuvieron nanopartículas de cobre y plata que se sometieron a un proceso de microencapsulado, lo que dota al desinfectante de ventajas como ser un microbicida de amplio espectro y la liberación gradual, que extiende sus efectos hasta por 72 horas.

Desinfectante natural

José Ángel Zaizar Prado, director general de Industrias Bioquim, empresa asentada en Mexicali y dedicada a la fabricación y venta de productos químicos, explicó que el desinfectante ofrece múltiples ventajas sobre productos similares ya disponibles en el mercado.

A diferencia del cloro, uno de los químicos más comúnmente utilizados como desinfectante, el producto creado en el Instituto de Ingeniería no tiene afectaciones para quienes lo manipulan; no daña muebles, pinturas ni pisos en los que se aplica, y elimina la totalidad de los microorganismos nocivos.

“Estamos atacando algo natural con algo 100 por ciento natural”, subrayó el empresario en entrevista para la Agencia Informativa Conacyt. Agregó que recientemente iniciaron el procedimiento para patentar el desinfectante y, posteriormente, comercializarlo en forma líquida o gel.

Innovación

La creación del desinfectante para hospitales conjugó herramientas de nanotecnología, el proceso de microencapsulado y la síntesis verde a partir de la flor de jamaica, con lo que los especialistas obtuvieron la innovación en sanitización.

El doctor Benjamín Valdez Salas, investigador del Instituto de Ingeniería de la UABC, narró que el primer paso fue sintetizar las nanopartículas de cobre y plata, para después microencapsularlas, proceso que dota al desinfectante de su cualidad de amplio espectro, ya que su liberación es controlada.

“Aprovechando los mismos productos de la jamaica, una vez obtenidas las microesferas se formularon en el desinfectante y fueron evaluadas in vitro en el laboratorio, con diferentes tipos de bacterias y hongos, y posteriormente en hospitales, dando los resultados esperados en cuanto al control de estos microorganismos”.

Respecto al proceso de microencapsulado, el doctor Valdez Salas apuntó que, aprovechando los flavonoides y otros compuestos naturales que resultan de la química verde, las partículas se someten a un procedimiento de encapsulado que potencia sus cualidades bactericidas.

“Las microcápsulas son para lograr la liberación prolongada del desinfectante, del bactericida. Es como una especie de pelota con varias capas; las capas se van disolviendo poco a poco, son de carácter natural y finalmente unas se biodegradan o poco a poco se van disolviendo y van liberando el componente nanoparticulado que ejerce el efecto bactericida”.

Otra de las ventajas de las microcápsulas es que cuando se aplica el desinfectante, se minimiza la afectación a otros organismos vivos, por lo que se reduce la posibilidad de efectos secundarios en seres humanos.

La colaboración entre el Instituto de Ingeniería de la UABC y la empresa Industrias Bioquim comenzó desde hace más de 10 años y ha sido incentivada con el financiamiento del Programa de Estímulos a la Innovación (PEI) del Conacyt.

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