En el estado de Tennessee, Estados Unidos, Rene Craighead, de 17 años de edad, empezó a sentir un intenso dolor abdominal que la llevó al hospital.
Una vez atendida por los médicos, Rene les indicó que había comenzado a sentirse mal luego de devorar el contenido de cuatro bolsas tamaño familiar de frituras enchiladas Cheetos Hot.
Luego de detectarle un problema en su vesícula biliar provocado por el consumo de grandes cantidades de saborizantes, químicos e irritantes, los médicos no tuvieron otra opción que extirparla.
Ahora que Rene se recupera, su madre, también llamada Rene, culpa a la empresa que fabricó las frituras enchiladas de que su hija perdiera su vesícula.
“Cuando los médicos tuvieron que operar a mi hija, supe que tenía que hablar de esto,” indicó la madre a los medios locales. “Me sorprendí al ver que mi hija se puso así,” añadió.
Rene indica que la adicción de su hija, aún menor de edad, a los Cheetos enchilados le provocó el dolor estomacal y una grave irritación en parte de su sistema digestivo.
Según la página FatSecret México, los Cheetos Flamin’ Hot, similares a los que consumió Rene (la hija), contienen 14 gramos de grasa por porción (una bolsa de 44 gramos) o 54% del contenido total de grasas de cada porción.
Tomando en cuenta que Rene consumía bolsas grandes de estas frituras, podemos darnos cuenta que la cantidad de grasas, azúcares y sodio que consumía a diario, era superior a la que podía procesar su vesícula biliar.
Una vez que el caso de Rene fue transmitido en televisión, los fabricantes de los Cheetos (Frito-Lay), lanzó un comunicado en el que indicó que “todas sus botanas se atienen a las regulaciones de seguridad sanitaria establecidas por la Ley“.
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