La 44 cumbre del Grupo de los Siete países más industrializados del mundo (G7) arrancó ayer en Quebec, entre fuertes medidas de seguridad y empañada por una guerra comercial orquestada por Estados Unidos que afecta a países aliados.
Hasta esta apartada localidad canadiense de La Malbaie en Quebec, cerca del río San Lorenzo, arriban los jefes de Estado de Alemania, Japón, Reino Unido, Francia, Italia y Canadá, y del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien en las últimas horas publicó en su cuenta de la red Twitter la posición que mantendrá en esta reunión.
Luego que los gobernantes de Canadá y Francia adelantaron la posición que tendrían los seis países contra Estados Unidos por su imposición unilateral de tarifas arancelarias “contraproducentes, inaceptables e injustificadas” al acero y al aluminio, Trump respondió acusándolos de imponer masivas tarifas a Estados Unidos y de crear barreras no monetarias.
En un tono más severo se refirió a quien llamó “un buen primer ministro” el año pasado y dijo que Trudeau “está siendo muy indignante”, al referirse a la relación histórica entre Canadá y Estados Unidos, por no mencionar el hecho de que “nos cargan 300 por ciento en lácteos, dañando nuestra agricultura”. Después aclaró que era “270 por ciento”.
AGENDA DE TRABAJO
La Casa Blanca explicó que el mandatario estadounidense parte este sábado por la mañana rumbo a Singapur, donde se reuniría con el presidente de Corea del Norte, Kim Jong-un.
En la primera parte de la cumbre del G7, Trudeau sostuvo encuentros bilaterales con sus contrapartes de Reino Unido, Japón e Italia para dar inicio formal a esta cita de líderes en donde este viernes discutieron sobre el crecimiento económico en un modelo que “funcione para todos” y en el contexto de los trabajos del futuro, propuesto por Canadá.
Los líderes del G7 analizarán medidas para proteger a las naciones democráticas de la interferencia extranjera en procesos electorales, ciberseguridad y desinformación.
¿REGRESO DE RUSIA?
Mientras Trump llamó a los miembros del G7 para volver a incorporar a Rusia, que formó parte del grupo hasta que fue suspendida en 2014 por su invasión en Crimea.
La canciller canadiense Chrystia Freeland adelantó que en esta cumbre los líderes retomarán los avances de la reunión ministerial de cancilleres del G7 que respaldaron la acusación de Reino Unido de que Rusia estaba detrás del ataque con armas químicas a un exespía ruso en Salisbury, Inglaterra.