Mouris Salloum George*
No existe mayor falacia que la de fingir honrar el valor de la Independencia nacional de una República en que la barbarie anula los principios de Libertad y dignidad y hasta el Derecho a la vida.
La conmemoración del 208 aniversario del Grito de la Independencia de México y del inicio de la Insurgencia se condensó en una continua serie de spots que exaltan irrealidades. Ni siquiera hubo sincronización entre el tañido de campanas y el vuelo de nuestra Bandera Nacional la noche del 15.
Hasta la crónica del desfile militar del día 16 en la Ciudad de México estuvo cargada de frías e incomprobables estadísticas sobre supuestos éxitos en 12 años de guerra intestina.
No se escuchó el grito de Almagro de intervención militar
Efemérides que antaño catalizó la esperanza de emancipación de los pueblos latinoamericanos, en México estuvo primada por un vacío en los incesantes mensajes durante 48 horas y las que siguen, a saber:
El viernes 14, el presidente de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro se instaló en Colombia para incitar a la intervención militar sobre Venezuela, latente desde julio pasado en que el demente inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump propuso la ocupación armada en ese país.
La primera reacción del Grupo de Lima, formado hace meses como brazo de la propia OEA con la coartada de “restablecer” la democracia en Venezuela y bajo cuya ala se han enmascarado las tentaciones golpistas de las oposiciones más radicales, fue su pronunciamiento por un deslinde, no en una condena expresa a la meliflua y reincidente proposición de Almagro.
No deja de ser una cruel ironía histórica, que Venezuela haya sido declarada recientemente República bolivariana en honor a Simón Rodríguez (Bolívar), precursor de la Independencia de su Patria desde que en Roma juró liberarla, y dos siglos después el Estado venezolano esté expuesto a las acechanzas imperiales.
Apesta pero sigue vivo el “ministerio de colonias” de Washington
En el transcurso del siglo XX, desde su fundación, la OEA fue reputada como el ministerio de colonias del Departamento de Estado (USA). En el transcurso de más de medio siglo, en que movimientos de liberación de Centroamérica y el Caribe se empezaron a hacer con el poder político, esos países comenzaron a ser hostilizados desde el seno mismo de la Organización, a la que se perdió la confianza.
Sin posibilidad de dirimir en la OEA la solución pacífica de los conflictos y violados sistemáticamente los principios de autodeterminación de los pueblos y de no intervención de terceros estados, los gobiernos amagados se han visto empujados a tratar de evitar la injerencia apelando a la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Aun logradas resoluciones de la ONU por aplastante mayoría de los Estados parte, sin embargo Washington ha porfiado en acciones injerencistas en su área de influencia, perpetuando una dialéctica sin solución de continuidad dominación-resistencia popular.
La ONU tiene en su agenda su anual Asamblea General. El gobierno bolivariano ha introducido ya un recurso para que en su orden del día de septiembre incorpore, con grado de urgencia, más que los despropósitos de la OEA, la insolencia de la mano que mueve la cuna.
Independencia, autonomía, soberanía nacional… (¿?)
Se han recogido ya las varas de los cohetes que se hicieron tronar en las plazas públicas de México la noche del 15 de septiembre y se ha silenciado los estruendos de los tambores de guerra en las paradas castrenses del 16 de septiembre.
Pero septiembre no termina aún: Todavía, el día 27, los montajes continuaran para conmemorar el 197 aniversario de la consumación de la Independencia de México.
¿Independencia, cuando el gobierno mexicano sigue sentado en el filo de la navaja en espera de lo que pase con el Tratado de Libre Comercio? ¿Autonomía, cuando la muchedumbre de transterrados en los Estados Unidos no conoce la suerte que le deparan las próximas 24 horas?
¿Soberanía Nacional, cuando nuestras fuerzas armadas han sido subordinadas a la jerarquía de los comandos Sur y Norte de El Pentágono?
El dominio sobre más de 90millones de hectáreas de territorio mexicano está escriturado en favor de corporativos trasnacionales adueñados de la minería y del sector energético: Los logos de Petróleos Mexicanos y de la Comisión Federal de Electricidad no tienen siquiera el valor de las franquicias extranjeras que dominan el mercado interno.
México ha sido descontruido piedra por piedra. Es llegada la hora de que se deje reposar en paz a los Héroes que nos dieron Patria, no vaya ser que algunos despistados se lo tomen en serio y quieran seguir su heroico ejemplo. Podría ocurrir.
*Director General del Club de Periodistas de México, A.C.
Cartón: Luy