Una afligida joven relató a la Policía británica su incredulidad al descubrir que su “novio” de dos años era en realidad una amiga.
La demandante pensaba que tenía relaciones sexuales con un hombre llamado Kye Fortune, que se estaba recuperando de un tumor cerebral, por lo que no quería que ella viera sus cicatrices.
Refiere que con el tiempo descubrió que era en realidad su vieja amiga Gayle Newland, de 25 años, que la había convencido de colocarse una venda en los ojos durante sus encuentros sexuales, para los cuales usaba… ¡una prótesis!
