Asel, una bebé que vino al mundo a las 00.47 horas del pasado primero de enero en Viena, se ha vuelto objeto de una ola de odio xenófobo en las redes sociales, denunciada por la prensa local y organizaciones civiles.
“Se ha traspasado una línea roja”, declaró Klaus Schwertner, secretario general de Cáritas Austria, en un comunicado publicado por la agencia de la Iglesia católica austríaca Kathpress.
Todo empezó cuando la prensa publicó, bajo el título “Bebé del Año Nuevo de Viena”, la foto de la recién nacida en brazos de su joven madre en la cama de un hospital de la capital austríaca, y junto al padre.
El nombre de la pequeña y el hecho de que su madre luzca en la foto un pañuelo en la cabeza, bastó para que, en lugar de las felicitaciones habituales en estos casos, se suscitara una ola de comentarios xenófobos.
“Cuando tenga 18 va a ser una terrorista”, “como vienés auténtico es lógico que solo me puedo alegrar de un bebé austríaco”, “también en 2018 Mehmet y Fatma son indeseados. Nada cambia con el número del año”, “le deseo una muerte repentina”, “deportad enseguida esa basura”, son solo algunos ejemplos.
Ante la situación, varios diarios se dieron a la tarea de desactivar la publicación de comentarios al artículo correspondiente, mientras que, tras conocerse la dimensión de la campaña, miles de personas se han solidarizado con la joven familia y le envían felicitaciones.