Entre los años 800 y 900 de nuestra era, los antiguos mayas que habitaron México, América Central y del Sur, “desaparecieron de manera misteriosa“.
Si bien esta “desaparición” fue más bien un proceso continuo de migraciones hacia el norte que terminaron por colapsar lo que se conoce como la civilización Maya del periodo Clásico, hasta ahora no había evidencia fehaciente que explicara cómo se desarrolló este fenómeno.
Por décadas se creyó que una gran sequía y cambios climáticos bruscos fueron factores determinantes en el colapso de la Civilización Maya, pero no fue sino hasta 2018, que se contó con evidencia científica que apoyara esta teoría.
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Científicos británicos y estadounidenses hicieron mediciones isotópicas en un lago ubicado en Yucatán, cerca de un importante emplazamiento maya, para descubrir si las constantes sequías en la Península de Yucatán y la cuenca del Petén, fueron la razón por la cual los mayas escaparon de sus principales ciudades.
Luego de recolectar muestras del lago Chichancanab, Yucatán, se analizaron capas del yeso presente en el lugar para saber si su nivel de isótopos correspondía a la época del declive maya, y lo que encontraron fueron isótopos pesados como oxígeno-18 e hidrógeno-2, que sugieren una importante sequía.
Cabe destacar que al secarse un lago se pueden formar depósitos de yeso que contienen información química que ayuda a los científicos a saber porqué se secó y qué factores ambientales provocaron el agotamiento de su agua.
Con los datos recabados, se apoyó la teoría de las constantes sequías y la disminución de precipitaciones anuales como principales factores del abandono de los principales centros urbanos mayas del periodo Clásico.