El índice de calidad del aire en Pekín se ubicó hoy en niveles considerados peligrosos a causa de una tormenta de arena procedente de Mongolia que ha cubierto a la capital china con una nube de polvo y contaminación y ha reducido de forma considerable la visibilidad.
La concentración de partículas PM10 (de unas 10 micras de diámetro) pudo alcanzar los 1.988 microgramos por metro cúbico, por lo que el servicio meteorológico de Pekín tomó la decisión de emitir a primera hora del miércoles una alerta azul, la de menor gravedad.
También mantuvo la alerta naranja por el smog, la segunda más grave, ya que las partículas PM 2,5 en el aire (las más pequeñas y nocivas) se situaron cerca de los 200 microgramos por metro cúbico en el área urbana.
Las autoridades advirtieron de que la alerta continuará durante toda la jornada en las regiones del norte del país, donde este tipo de tormentas son un fenómeno habitual cada primavera debido a la proximidad de desiertos como el de Gobi.
El Gobierno chino lleva años tratando de luchar contra las tormentas de arena desértica en el norte del país, con masivos programas de reforestación, y aunque ello ha conseguido reducir la cifra de estos desastres naturales, aún se declaran varias cada primavera.