Marco Escobedo
Los Halcones, llamados también guardias, radieros o punteros, son los encargados de vigilar los movimientos de las autoridades y de los grupos contrarios a lo largo del día; no portan armas, pese a ser los que en más riesgo se encuentran en la cadena del crimen organizado.
Son el rango más bajo dentro del pingüe negocio del tráfico de drogas y a partir de los 10 años en adelante y por 300 pesos diarios, aproximadamente, arriesgan su vida.
El portal cuerosfinos.blogspot.com publica una fotografía donde se observan a dos adolescentes, casi niños, maniatados de los brazos y con evidentes golpes en su rostro y cuerpo.
No se identifica el lugar, la fecha de los hechos ni a qué agrupación delictiva, célula o cártel formarían parte, pero según el portal citado, los dos chicos fueron interrogados y después, a sangre fría, ejecutados.
CARECEN DE EXPECTATIVAS HACIA EL FUTURO
En un artículo anterior publicado por diarionoticiasweb.com referíamos que la halconeada es una actividad ilícita en la que en países como México, son cooptados jóvenes que carecen de expectativas hacia el futuro.
Generalmente, provienen de familias disfuncionales, desintegradas, sin estudios ni expectativas laborales, a quienes se les provee de un radio o celular para que brinden información (en claves) a las redes de los cárteles de las drogas en la zona donde operan.
Así, durante horas, 10, 12 o las que sean necesarias, reportan quién entra y quién sale del área donde está asentada una célula criminal.
Una actividad de alto riesgo, pues si los halcones se equivocan al dar un dato, pueden ser castigados, torturados e incluso, asesinados.
El crimen organizado también se vale de personas que realizan diversas actividades para que funcionen como sus halcones, puede ser la señora que vende tamales en la esquina, el bolero, el taxista o el barrendero, depende la zona de operación del cártel o célula criminal.
