Los astronómicos costos de inversión que requerirá la 5G y el hecho que muchas aplicaciones del Internet de las Cosas pueden funcionar perfectamente con redes LTE, hacen a muchos preguntarse si de verdad vale la pena entrar en este maratón.
Empero, las dos principales razones que ven los países para participar en la 5G son una nueva generación de aplicaciones que traería la tecnología en el mediano plazo —y no en el corto—, así como las oportunidades que generaron los países pioneros de las redes anteriores.
Europa desarrolló la Red 2G y perdió el liderazgo ante Japón, quien desarrolló la 3G. Hoy Europa está muy lejos de competir en la 5G y las empresas japonesas abandonaron el negocio de telefonía celular. En el caso de la 5G, la nueva dimensión es que también se disputa es, ¿qué país proporcionará la infraestructura tecnológica a través de la que se conectará y transmitirá la información de hasta miles de millones de dispositivos?
Daños a la salud
El tema de potenciales daños a la salud ocasionados por las ondas de telecomunicaciones ha sido polémico por largo tiempo, pero la controversia de la 5G ha sido la más ruidosa. La situación comenzó con un documento de Bill P. Curry, un médico y consultor, quien dijo en el 2000 que la materia gris cerebral podría absorber microondas. Según él, a mayor frecuencia de las microondas, mayor absorción cerebral.
Empero, a lo largo del tiempo, el tema desencadenó tanto diferentes publicaciones en todo tipo de medios, como que asociaciones de médicos han dicho que Curry interpretó la información de forma equivocada y lo han amonestado. Curry aún piensa que hay daños para la salud, pero dijo que ya no sigue la industria de comunicación inalámbrica.
En noviembre de 2018, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) de EU, dijo en un comunicado que, luego de revisar cientos de estudios sobre exposición a la energía de radiofrecuencia, concluyen que “los niveles de exposición a la energía de radiofrecuencia para teléfonos celulares siguen siendo aceptables.” Por la contra, la FCC de Trump ha sido laxa en el manejo de los datos y protección de los intereses nacionales en favor de los privados, por lo que no ha podido zanjar estos debates con sustento técnico propio.
Un tema adicional es la cobertura por parte de la agencia Russia Times, fondeada por el gobierno ruso y etiquetada por el estadounidense como un agente foráneo. La compañía ha diseminado información de que la 5G podría causar cáncer, infertilidad, autismo, tumores cardiacos y hasta Alzheimer… sin proveer evidencia para tales aseveraciones, lo cual es conocido como el “5G Apocalypse.” Lo anterior ha coincidido con una intensa campaña mediática en redes sociales de botsde fake news. Invariablemente, Rusia y Huawei firmaron un acuerdo en julio para que la empresa china implemente la red 5G en el país euroasiático.
En conclusión, los estudios son insuficientes en líneas de investigación y diseminación, pero por ahora apuntan a que la 5G no es un riesgo para la salud. Sin embargo, el tema no se irá, ya que, aunque esté clarificado, las personas en general seguirán pensando lo que quieran, basándose en sus propias precondiciones y conclusiones.