DREAMTIME: ORIGEN DEL MUNDO SEGÚN LA MITOLOGÍA AUSTRALIANA

descargaComo parte de la mitología aborigen australiana, se afirma que la creación y ordenación del mundo tuvo lugar en un periodo mitológico y sobrenatural, denominado Alchera, Dreaming o Dreamtime, lo cual se traduce en: Tiempo del Sueño.

En este tiempo mágico, el Planeta Tierra tomó forma y surgió la vida. En muchas leyendas que hablan del Dreaming, se relatan los viajes de espíritus  ancestrales, llamados Wandjinas, quienes crearon el mundo tal y como lo conocemos, con: ríos, rocas, estrellas, seres humanos, plantas y animales. Posteriormente, durante el Dreamtime, los espíritus, viajaron libremente por Australia y después de transmitir a los seres humanos los conocimientos necesarios para su supervivencia y para el mantenimiento del orden establecido, los Wandjina desaparecieron de la Tierra y habitaron en las formas del mundo natural que crearon: rocas, pájaros, ríos, entre otros.

Incluso, se dice que los Wandjinas vinieron del cielo y pintaron imágenes de sí mismos en las paredes de las cuevas. De hecho, se cuenta que los Wandjina estaban enfadados por el comportamiento de las personas en el mundo, por lo que causaron una inundación en todo el planeta abriendo sus bocas. Tras las inundaciones que mataron a todos los seres humanos, los Wandjina recrearon todo.

Por ende, al mantener la boca cerrada para que el mundo no se inundara de nuevo, sus bocas desaparecieron, por lo que en la mayoría de las imágenes de sus representaciones no tienen bocas. Los Wandjina finalmente perdieron su forma y llegaron a ser más como espíritus que, según cuentan, aún existen en los estanques.

El explorador George Grey fue el primero en descubrir las espectaculares figuras de los Wandjinas en Kimberley, al noroeste del continente, en 1938. Estas figuras están pintadas sobre una superficie de color blanco y su longitud llega a alcanzar más de cuatro metros de altura.

Las pinturas parecen tener caras extrañas, con grandes ojos oscuros y una cabeza redondeada. Alrededor de la cabeza hay una forma familiar en el arte renacentista, la aureola, que apareció miles de años más tarde.

Los nativos australianos cuentan que de vez en cuando, pueden verse de noche formando luces que se mueven en el cielo a gran altura.

De acuerdo con el biólogo José Luis Casas Martínez, se trata de una representación de algo real, ya que se pintaba lo que se veía. Inclusive, los nativos afirman que las pinturas fueron elaboradas por los propios Wandjinas y no por seres humanos.

Kimberley es un nombre mítico para los estudiosos de la astroarqueología. Quizá menos nombradas que Tassili o Jabbaren, las pinturas rupestres de  Kimberley constituyen junto con las saharianas, las de Navai o Val Camonica un reducto singular dentro del siempre misterioso y cautivador arte rupestre. Y es que en ellas se encuentran representados en diferentes formas y estilos el rostro de los dioses. Imágenes de seres sin rostro, con algo parecido a un casco o escafandra, con artilugios extraños en las manos o a veces en actitud de supremacía frente a otros seres más parecidos al hombre que se dedican a tareas de caza.

Para la arqueología más conservadora, la idea de que las figuras de Kimberley puedan representar la imagen de antiguos astronautas o visitantes extraterrestres es propia “de personas que son deslumbradas por la belleza y solemnidad de los diseños, y extraños de su altísima calidad y de las  técnicas empleadas en su confección”, así lo detalló Gustavo A. Martín Montenegro, en un artículo publicado en la Revista Española del Pacífico.

Por su parte, en 1998, Ronald y Catherine Berndt sostuvieron que existen pinturas de estas características en otros lugares, tal es el caso de Los Hermanos del Relámpago, ubicadas en Delamere, en el Territorio del Norte. Para Mulvaney, en su artículo titulado El fin del Comienzo, contenido en la Enciclopedia Australian to 1788, “estas imágenes no son seres espaciales con cascos de astronautas, sino la grabación y el dibujo de la imaginación de los pueblos indígenas, referida a sus antepasados, a  los Grandes Seres de la Creación y a las ceremonias religiosas que reviven toda la mitología dentro de su ambiente climático original”, indicó Martín Montenegro.

Hasta ahora, hemos hablado de los Wandjinas desde una perspectiva asexuada, sin embargo, aunque se piensa que las figuras tienen carácter masculino, Francisca Martín-Cano asegura que son seres prehistóricos femeninos que poseen poder y se relacionan con la energía de la lluvia que simboliza la fertilidad.

Actualmente, ciertos pueblos aborígenes de las tribus Mowanjum repintan las imágenes para asegurar la continuidad de la presencia del Wandjina. De acuerdo con las creencias Mowanjum, las figuras se repintan en diciembre o enero para garantizar la llegada de las lluvias monzónicas.

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