Droga Auditiva, daños que llegan por la red

 

Quizá le suene extraño, por tener la idea de que las drogas se consumen inhaladas o tragadas, incluso de forma cutánea, como es el caso de algunos ácidos, como el LSD. Pero ocurre que actualmente, existen ya opciones para crear sensaciones alucinógenas en el cuerpo mismas que pueden ser consumidas por la vía del oído, con audífonos que pueden ir conectados a una computadora, una tableta electrónica o bien a un teléfono celular, de esos a los que hoy llamamos “inteligentes”.

 

Con el fin mencionado, hubo quien se dio a la tarea de generar una suerte de app o software, que pueden ser bajados desde internet, mediante el que se le pueden generar sensaciones al cerebro, que son muy similares a las que se pueden lograr consumiendo fármacos como cocaína, opio, heroína, opio, LSD, metanfetaminas e incluso marihuana, lo que se consigue a través de la manipulación de ondas sonoras.

Para conseguir un objetivo como el señalado, se emiten ondas binaurales, que es como se les conoce a tonos con frecuencias diferentes para cada oído, de forma simultánea, con lo que se obliga al cerebro a hacer un recálculo de su frecuencia, dando pie a una nueva, que para fines prácticos no existe fuera de éste, por lo que no se deja un rastro físico de un consumo como el citado.

 

Si bien este tema de las drogas auditivas, es relativamente nuevo, el efecto como tal no lo es, ya que fue descubierto como tal en 1839, por Heirich Wilhelm Dove, físico polaco nacido en Liegnitz, en 1806. Mediante el efecto descubierto por este científico, se puede conseguir una modificación de nuestras ondas cerebrales, lo que puede provocar alteraciones neuronales que en principio generan sensaciones como alegría, relajación o tristeza, algo que al evolucionar puede gestar cambios en las ondas cerebrales, lo que lleva a una persona con ansiedad, de un estado Beta a uno Alfa, que es el de una masa encefálica en relajación.

 

Cuando llegamos a estar en estado de alerta, nuestro cerebro busca mejorar su concentración, para lo que emite ondas Beta que tienen una frecuencia que va de los 10 a los 43 Hertz, lo que mejora el enfoque y la respuesta en casos que demandan una atención creciente, por lo que ondas Beta de gran amplitud, tienen relación directa con situaciones como estrés, angustia y miedo.

 

Por otra parte, las ondas Alfa, se encuentran en el rango de 8 a 12 Hertz, produciéndose éstas en períodos de relajación, especialmente con los ojos cerrados, pero en estado consciente, llegando a disminuirse cuando los ojos se abren, registrándose aún sensaciones de somnolencia, siendo actividad cerebral en reposo.

 

Es precisamente el choque de estados de alerta y reposo en un mismo cerebro, lo que provoca estados directamente comparables a la alucinación, aquellos que se producen al consumir diferentes tipos de drogas, mismos que se pueden bajar de la red bajo esquemas de software libre, que entre otras cosas facilita piratería y la producción de virus y gusanos informáticos.

 

Hay algo que es importante señalar respecto a este tema y es que así como se le llega ya a usar como una nueva fuente de generación de adicciones, también puede llegar a abrir nuevas vías de investigación para la comunidad médica, lo que puede llevar a conseguir importantes progresos en el tratamiento de padecimientos neurológicos e incluso algunos del comportamiento, tratados actualmente con fármacos físicos o para los que no existe aún forma alguna de atención.

 

Hay que recordar que diferentes sustancias que actualmente son drogas prohibidas, en algún momento llegaron a ser recetadas por reconocidos médicos, como ocurrió con la cocaína, que en algún punto de su carrera fue recetada por célebre psiquiatra austriaco, Sigmund Freud. Fuente: elsoldemexico.com.mx

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